Todas esas marcas, y muchas más, firmaron contratos con la idea de proyectar su imagen al mundo entero ligada a la excelencia de los partidos y ahora resulta que después de invertir millonadas, ven su nombre y sus productos asociados con la marca FIFA, hoy desprestigiada como nunca.
Pero el caso de Nike parecería ser diferente. Los fiscales norteamericanos en su presentación ante la justicia, según informa hoy el Financial Times, alega que un intermediario, una compañía controlada por el empresario brasileño José Hawilla, contribuyó a asegurar un contrato de US$ 160 millones por auspicio a diez años entre una compañía de artículos deportivos cuyo nombre no menciona y la federación de fútbol del país (CBF, según las siglas locales) mediante pago de coimas.
Los fiscales no mencionan a Nike, dice el FT, sólo se refieren, en dos documentos separados, a la “compañía A” en uno y “E” en otro. No la acusan de ningún delito. Pero el contrato que describen en la formulación de los cargos es muy parecido al que firmó Nike con la CBF en 1996.
La compañía norteamericana había perdido en los 90 frente a la alemana Adidas en la puja por convertirse en auspiciante oficial de la Copa Mundial de la FIFA. Pero luego Nike se alzó con el auspicio del equipo nacional de Brasil, algo que le sirvió más tarde para descollar como una de las más grandes marcas del juego.
Pero ahora ese acuerdo se le vuelve en contra, aunque la acusación no la nombra ni la acusa de pagar coimas. Pero, como dice hoy The Guardian, si uno junta los puntos que señalan los fiscales norteamericanos llega inexorablemente a aquel acuerdo que en 1996 Nike firmó con Brasil. El dinero, siempre según los cargos formulados, se dividió en coimas y sobornos pagados a un funcionario que negoció el acuerdo en representación de Brasil., aunque hay que subrayar que nadie sugiere que Nike tuviera conocimiento de esa operación.
