La compañía anunció también el martes que para este objetivo se asocia con la constructora china SAIC Motor, con sede en Shangai. Los socios en esta nueva aventura desarrollarán motores y arquitectura totalmente nuevos para estos autos que fabricarán en cuatro centros industriales: China, Brasil, India y México con una alta proporción de autopartes fabricadas localmente. En la medida de lo posible, usarán plantas industriales existentes.
Luego los autos serán exportados a otros países pero no hay planes de venderlos ni en Estados Unidos ni en Europa. La nueva línea de automóviles, que se espera estará lista para la venta en 2019 y vender unos 2 millones al año, es otro intento de una automotriz multinacional de producir un “auto global” que conquiste los gustos locales en mercados emergentes pero que contenga bastante piezas en común con los demás como para permitir que se produzcan a bajo costo.