La idea original surgió de la realidad de que en el transporte público de China es común ver a los pasajeros colgados de las correas con una mano y con la otra mirando el teléfono. Vieron allí la oportunidad para su anunciante. Entonces, en los colectivos, las correas para sujetarse se convirtieron en sistemas de control de salud: miden los latidos del corazón, el índice de masa corporal y otros signos vitales. Pero esa información al instante se conecta con sus teléfonos inteligentes mediante interacción NEC.
La marca puso 6.000 monitores en 200 colectivos en mayo: 350.000 personas los usaron y la noticia fue compartida online 3 millones de veces.
Cheil Pengtai, que tiene 1.000 empleados en China y es parte de Cheil Worldwide, está lanzando un proceso para crear más campaña “internet de las cosas” para sus clientes. La historia Yili es un estudio de caso estrella. En el corazón del esfuerzo está Chen, una mujer que dice que su trabajo es asombrar a los clientes ” con trabajo del labortorio de innovación de la agencia.
Con tantos productos nuevos que se lanzan cada mes en China, para que triunfen las ideas tienen que calar hondo, especialmente en categorías competitivas.