Para dominar el delicado proceso que es una negociación salarial, hay que ser capaz de empujar agua a nuestro molino pero sin ofender al director de recursos humanos o subvalorarse a uno mismo. Tener el salario que creemos que merecemos puede ser un empujón muy importante para revitalizar la carrera y mejorar las perspectivas futuras. Cinco formas de lograrlo.
Investigar el mercado
Una estrategia incuestionable a la hora de buscar un salario acorde es saber cuál es el estado actual del mercado. Para que la negociación sea exitosa hay que saber cuánto valemos nosotros en relación con nuestros propios colegas. Para protegerse contra aceptar ya sea demasiado poco o pidiendo mucho, se puede recurrir a sitios como Glassdoor y Salary.com para determinar el rango de compensación promedio para alguien con un determinado nivel de experiencia y habilidades y en la industria o empresa (o una comparable, en términos de número de empleados, el tamaño de los ingresos, y la ubicación).
Saber de antemano qué queremos
No es recomendable sentarse en una mesa de negociación sin planes específicos y metas preestablecidas. Una vez que conocemos la exigencias del mercado y cómo están posicionados nuestros colegas podemos preparar un plan que contemple, entre otras cosas, lo máximo y mínimo que estamos dispuestos a ganar y cuánto estamos dispuestos a esperar para avanzar en la jerarquía del puesto o la empresa. El tener un plan permite planificar con antelación a qué vamos a decir que sí y a qué que no independientemente de cómo resulte ser la negociación.
Del dinero se habla a lo último
Es común que algunos postulantes se apresuren a hablar del sueldo en la entrevista. De hecho, el sueldo tiene que ser lo último que se trate porque, una vez que la empresa nos escucho y sabe que nos quiere en su staff, tenemos más espacio para negociar y además hacerlo desde una posición de poder: la empresa nos quiere dentro.
En el caso de que la propia empresa sea la que pone el tema en el tapete, hay que intentar desviar la conversación o ralentizar el tema dinero lo más que se pueda. Las empresas pagan por lo que creen que valen y eso lo van a saber cerca del final de la entrevista.
El mayor secreto es nuestro salario anterior
Tan solo revelar nuestro salario anterior tiene el potencial para afectar negativamente nuestra negociación. El salario de un empleado es información vital para la empresa y no necesitan saberla a la hora de contratarnos, en particular porque esa información puede afectar la propuesta inicial de la empresa ya sea porque creen nos van a pagar mucho o porque nos van a pagar muy poco. Lo mejor es llegar a la negociación con las cuentas en blanco.
Prepararse para argumentar porqué queremos ese salario
Se supone que el salario que pedimos es el que merecemos. Nosotros podemos estar seguro de eso pero la empresa no tiene porque estarlo. Por eso hay que estar más que preparado para presentar argumentos sólidos que demuestren que valemos lo que creemos que valemos, eso incluye referencias de trabajos anteriores, documentos sobre proyectos o propuestas originales para mejorar el puesto que aspiramos a ocupar.