El 21 de octubre Dyn (Dynamic Network Services) una firma que forma parte del sistema de direcciones en internet, sufrió un ataque que consistió en una catarata de tránsito tan imposible de manejar que desactivó los sitios afectados durante horas.
El ataque a Dyn fue uno más en una cadena de otros similares. No se sabe quiénes son los atacantes, aunque muchos analistas en seguridad sospechan que son chinos o rusos. De todos modos, todos los ataques usaron el mismo software llamado Mirai, cuyo código fuente se filtró a la web. Lo que hace es recorrer internet en busca de dispositivos como webcams, grabadores digitales de video y routers familiares con contraseñas fáciles de adivinar (como los números 12345 o incluso la palabra password). Una vez que el programa logra entrar en algunos de ellos los convierte en un enorme ejército de esclavos digitales que puede ser dirigido para inundar de pedidos los sitios que se quiere atacar.
¿Para qué se hacen los ataques? Los temores son de diversa índole. Estados Unidos, con la paranoia que lo caracteriza, teme que para hacer un desastre el 8 de noviembre día de las elecciones. No paralizaría las máquinas de votación, porque no están conectadas a Internet, pero si se caen muchos sitios, habría un caos generalizado que aumentaría los temores de una elección fraguada.