lunes, 25 de noviembre de 2024

Tenemos un cerebro refinado que prefiere alcohol de alta calidad

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Hay bebidas que emborrachan más que otras. Eso lo hemos comprobado todos. Algunas mañanas nos despertamos con un dolor de cabeza machazo y otras mucho mejor aunque hayamos bebido más o menos lo mismo que en las otras.

La famosa resaca, que en el mundo hispanoparlante recibe múltiples nombres, es la forma que tiene el cuerpo de decirnos que nos hemos pasado con el alcohol. Los científicos no saben con exactitud por qué ocurre, pero tienen algunas teorías. Los especialistas en adicciones, por ejemplo, dicen que resaca es la forma más benigna de sufrir la abstinencia de alcohol, porque se originan cuando la cantidad de alcohol en el torrente sanguíneo empieza a disminuir y llegan a su pico cuando el nivel de alcohol en sangre es cero.

 

Además, el alcohol nos hace orinar más de lo normal y nos deshidrata, a menos que compensemos tomando agua. Pero lo que es peor es la concentración de un químico llamado acetaldehído en la sangre, que es un subproducto del procesamiento del alcohol. El acetaldehído es mucho más fuerte que el alcohol y es el responsable de la sudoración excesiva , la náusea y el vómito, según el Smithsonian Institute. Como el cuerpo ya está seco hay menos agua disponible para expeler el acetaldehído extra.

 

El tipo de alcohol que se ingiere tiene un efecto directo en la intensidad de la resaca. Todas las bebidas alcohólicas han fermentado, un proceso que crea alcohol y otros subproductos : dióxido de carbono (las inocentes burbujitas) y químicos llamados congéneres o impurezas, que son un tipo de alcohol que nuestro cuerpo no puede procesar y nos hace sentir mal. Esos congéneres son también responsables del gusto diferente de las bebidas oscuras, como el whiskey, el vino tino o el cognac.

 

Un estudio realizado en Holanda en 2006 descubrió que el alcohol oscuro con más congéneres tiende a provocar resacas más intensas. También concluyó que los licores provocan más resaca que la cerveza o el vino, probablemente porque el licor tiene más concentración alcohólica.

 

Por lo general, las bebidas baratas tienden a tener más congéneres. Estos congéneres se pueden eliminar mediante filtrado en el proceso de destilación, pero el alcohol barato no se destila más que un par de veces. Los de alta calidad, en cambio, se destilan hasta seis veces.

 

Los espumantes

 

También parece que la carbonación nos emborracha más, y presumiblemente nos da peores resacas. Un estudio realizado en 2007 descubrió que cuando los participantes tomaban vodka mezclado con soda , sus niveles de alcohol en sangre eran más altos de los que tomaban vodka solo. La hipótesis que formularon fue que las burbujas de la soda hacían que el estómago liberara sus contenido al intestino delgado, donde el alcohol es absorbido más rápido por el torrente sanguíneo.

Otro estudio: cuando la gente bebe champagne que ya ha perdido sus burbujas tenía menores niveles de alcohol en sangre.

 

El azúcar también influye en la velocidad de absorción.

 

¿Se puede evitar la resaca?

 

 Si se quieren evitar las resacas, la respuesta obvia es no beber en exceso y beber mucho agua durante toda la noche. También se pueden comer una o dos peras antes de la fiesta. O jugo de peras. Hay estudios que demuestran que al ingerir jugo de peras antes de beber se tiene menos concentración de alcohol al día siguiente.           

 

 

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