En 1995 un estudio realizado por Lee Badgett en la Universidad de Massachusetts-Amherst descubrió que los empleados hombres gay y bisexuales ganaban entre 11% y 27% menos que sus colegas heterosexuales, luego de controlar experiencia, educación, ocupación, estado civil y lugar de residencia. En 2009, se volvió a realizar el estudio y los resultados fueron similares: los hombres gay ganaban entre 10% y 32% menos que los hombres heterosexuales en la misma situación.
Con el tiempo se ha mantenido la discriminación salarial, aunque la diferencia parece estar disminuyendo.
En 2015 , Marieka Klawitter, profesora de políticas públicas de la Universidad de Washington, realizó un meta análisis de 31 estudios publicados entre 1995 y 2012 en Estados Unidos y otros países desarrollados. Descubrió que, en promedio, los hombres gay ganan 11% menos que los heterosexuales. Con variedades que oscilan entre ninguna diferencia en alguasn circunstancias hasta 30% de diferencia en otras.
El caso de las mujeres no heterosexuales presenta una situación completamente diferente. Según el meta análisis de Klawitter, en promedio, las lesbianas ganaban 9% más que las mujeres heterosexuales.
Pero la diferencia en la paga varía mucho según los estudios. . En algunos casos ganaban 25% menos que las mujeres heterosexuales.
El prejuicio subterráneo
La dinámica general, que los hombres gay pierden mientras las mujeres lesbianas ganan, puede explicarse en parte por el prejuicio de género. Los hombres ganan más que las mujeres en la mayoría de las ocupaciones y esa inequidad se manifiesta cualquiera sea la orientación sexual. Algunos estudios mostraron que si bien las lesbianas ganaban más que las mujeres heterosexuales, les pagaban mernos que los hombres hetero y homosexuales. “En el caso de las lesbianas, se las compara con mujeres heterosexuales, que son las personas que menos paga reciben,” dice Badgett. Mientras que lo que ganan los gay se compara con lo que ganan los hombres heterosexuales, que reciben las mayores remuneraciones.
