Según el análisis de World Meteorological Organization, estas son las comprobaciones recientes. El impacto de esta realidad es preocupante: subirá el nivel del mar avanzando sobre la actual línea de la costa, habrá perturbaciones en las cosechas, y el planeta ingresará en una época de incertidumbre y mayores tensiones sociales.
Según el WMO, este año pasado hace historia, porque se baten varios records. Toda la información recogida a través de los mecanismos de información diseñados por la organización, apuntan en esa dirección.
A pesar de que se diluyen los efectos conocidos de la corriente de “El Niño”, el planeta se sigue calentando.
Nadie sabe con precisión como el cambio climático puede transformar la vida cotidiana de la humanidad. No hay certeza sobre hasta qué punto los elevados niveles de carbono en la atmósfera puede elevar la temperatura promedio y afectar el régimen de lluvias en diversas zonas del planeta. Se ignora cuál será el daño que sufran las actividades agrícolas, la salud del ser humano, y de qué modo se afectará el crecimiento económico.
El gran interrogante, además, es si una nueva realidad climática puede tornar al mundo más valioso. Por lo pronto hay que recordar que en Siria hay una sequía de cinco años, y de ser un gran productor de trigo ha pasado a cero en este cultivo. Tal vez así se expliquen millones de refugiados y violencia bélica sin tregua.
En un libro escrito por Timothy Snyder – Black Earth: The Holocaust as History and Warning– el autor recuerda que Hitler tenía una fijación con el tema, y un terror ecológico. Creía que los alemanes no tendrían tierra suficiente para cultivar y alimentarse. De ahí la lógica de conquistar nuevos territorios y expandir las fronteras. Ecología significaba escasez. Nadie preveía entonces la “Revolución Verde” ni los avances tecnológicos que llegaron en este campo.
Entre tanto, hay un nuevo problema. El electo Presidente de Estados Unidos, no cree que haya modificaciones tan serias en este campo, piensa que forman parte de “las noticias falsas”, como todo lo que no le gusta. Por eso no hará nada para que Estados Unidos cumpla con lo que se acordó en la cumbre climática de 2015 en París.
Estados Unidos es el segundo gran emisor mundial de carbono y además un líder en innovación tecnológica, y por tanto su aporte al diseño elaborado por todos los países, podría contribuir sustancialmente a reducir la temperatura en el planeta. Nada de eso debe esperarse ahora.