Para entender este conflicto hay que comenzar por saber que Volkswagen fabrica más salchichas que autos, que el plato clásico con que alimenta a sus miles de empleados son las salchichas al curry y que la producción de ese plato – el curry-bockwurst – es casi igual al número de coches que producen sus plantas.
El conflicto se produjo este mes en toda Europa cuando la firma introdujo un nuevo ketchup que normalmente baña las salchichas propias, acompañando también una parva de papas fritas. La protesta, que algunos llaman ya el Ketchupgate, se originó cuando la compañía tuvo que cambiar de marca por haberse vencido su contrato con el grupo Mondelez. Debió entonces elegir entre otros 12 proveedores de ketchup. Ellos debían crear un producto tan parecido al anterior como les fuera posible porque el consumo no se limitaba a los comedores de las fábricas sino que también provenía de los supermercados locales.
Luego de cientos de pruebas, la compañía eligió a un fabricante de Múnich llamado Develey. La nueva salsa de tomate es diferente. Tiene menos grasa y menos azúcar y 13% más de pasta de tomate. Los cambios fueron necesarios para llegar a un sabor parecido al anterior porque Develey usa tomates diferentes y técnicas diferentes para hacer el ketchup.
A ninguna de las personas que participaron en las pruebas les pareció importar, pero a los empleados sí. Inmediatamente llovieron las críticas en la intranet de la empresa en cuento probaron la nueva salsa. Según Martin Cordes, jefe del ala de hospitalidad de la compañía, el error estuvo en la forma en que la compañía manejó el tema. “Si no huiera cambiado la etiqueta, probablemente nadie se habría dado cuenta”, dice. El cambio se siente solo en la punta de la lengua y no en la garganta, como antes”.
Ahora la compañía está evaluando introducir ambios. Pero el momento no podría ser peor. La salchicha VW celebra este año su 45º aniversario. Todo el mundo sabe que el fabricante de autos más grande del mundo produjo 10,9 millones de vehículos el año pasado, pero pocos saben que también sacó 6,8 millones de salchichas de su propia carnicería en la planta de Wolfsburg y que el año anterior había hecho 7,2 millones. Las hace de un solo tipo: Bockwurst.
Cada día produce unas 18.000 unidades, que luego se sirven en las plantas en toda Alemania y también en Eslovakia. Vienen en paquetes de cinco con una etiqueta que dice: partes originales. La receta no ha cambiado desde 1973, dice VW. En 2003 sacaron una salchicha de 250 metros de largo para celebrar la introducción de la quinta generación del sedán Golf.
Al igual que el ketchup, las salchichas también se venden en los supermercados locales.