Desde que comenzó la era industrial las actividades humanas elevaron un grado la temperatura del planeta. ¿Un grado es poco o mucho? Un grado significa temperaturas extremas, sequías, olas de calor, huracanes y olas de frío.
Los 195 países y cuerpos internacionales que firmaron el Tratado del Clima de París en 2015 prometieron tratar de mantener el aumento de la temperatura mundial en 1,5º sin llegar a 2º.
La diferencia entre 1,5º y 2º es significativa. En un mundo con aumento de la temperatura de 1,5º se reducen los daños. Un estudio publicado en mayo por el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), mostró que, si se lograra esa meta más ambiciosa, el ahorro monetario sería equivalente a US$ 30 billones (30 millones de millones de dólares).
Pero la realidad muestra que no se está avanzando de manera que permita pensar en lograr esa meta. Para que eso sea posible hacen falta cambios que todavía no se han hecho, dice Jim Skea, del Imperial College London. Y esos cambios significan dos cosas: la primera es que el mundo comience a reducir las emisiones. La segunda, que las reduzca muy rápidamente.
Sin embargo, en 2017 el mundo registró “aumento” de emisiones. Según el IPCC, hemos demorado tanto las medidas de control que ahora, para cumplir con las metas no alcanza con reducir las emisiones a cero sino que además habría que extraer dióxido de carbono de la atmósfera. Ya existen algunas tecnologías para hacer eso – que se llama “emisiones negativas” – pero el informe dice que la eficacia de esas técnicas todavía no se conoce si se aplican en gran escala y que además podrían significar importantes riesgos para el crecimiento sustentable.
O sea, hay que fijar una meta de “emisiones netas cero”, lo que quiere decir que cada sector de la economía debe llegar a emisiones cero para que el clima mundial se estabilice, y cuando antes se haga mejor será.