La paradoja global

    Cuanto mayor la economía mundial, más poderosos los pequeños actores”. La sentencia es el subtítulo de Global Paradox, el último libro del celebrado John Naisbitt, que acaba de aparecer en Estados Unidos (antes de mediados de este año estará editado en español).

    La tesis es cautivante: países y empresas se están rediseñando y reordenando en unidades más pequeñas y más vitales. Los gigantes corporativos transnacionales reformulan drásticamente la forma en que hacen negocios, o pierden relevancia. Los imperios crujen y las alianzas económicas laxas ganan en intensidad. Los movimientos nacionalistas adquieren una vitalidad insospechada.

    Uno de los futurólogos de mayor prestigio internacional, Naisbitt es el autor de Megatrends y de Megatrends 2000, dos rotundos éxitos de librería. La paradoja, en este caso, está alimentada por explosivos desarrollos en telecomunicaciones que simultáneamente crean la gigantesca economía

    global y multiplican la fortaleza de cada una de sus partes.

    El principio central de la paradoja se aplica especialmente a las empresas. Los gigantes deberán partirse en confederaciones de pequeñas unidades autónomas si pretenden sobrevivir. En Estados Unidos, 50% de las exportaciones son aportadas por empresas con menos de 19 empleados. Las

    famosas 500 del listado de Fortune representan únicamente 10% de la economía estadounidense (20% en 1970).

    Como los trabajos anteriores, Global Paradox está destinado a generar oleadas de debates. Para tener una idea de la excitación que ha provocado el trabajo, y de las tendencias económicas, sociales y culturales que el autor vislumbra, vale la pena citar algunas de sus polémicas afirmaciones:

    * A medida que las naciones proliferan, la electrónica devendrá en lenguaje y en moneda universal. Ambas cosas a la vez.

    * Las empresas medianas y pequeñas serán el motor de la economía global.

    * Cuanto más universales somos, más actuamos en forma tribal. El florecimiento de la democracia y de la revolución tecnológica magnifica y multiplica el dogmatismo de las culturas individuales.

    * La mayor actividad económica del mundo, la de los viajes, continuará creciendo a escala global. El turismo y los viajes, que actualmente emplean 204 millones de personas en todo el mundo, crearán 40 millones de nuevos empleos para el año 2005. Y 17 millones estarán ubicados en la región del

    Pacífico asiático.

    * China será el principal mercado mundial, posiblemente eclipsando a Japón y a Estados Unidos para el año 2000.

    * Las tendencias mundiales apuntan abrumadoramente a la independencia política y autodeterminación, por una parte, y a la formación de alianzas económicas, por la otra.

    * En todo el mundo occidental estamos en una crisis porque los líderes políticos han dejado de ser tan importantes.

    * Un creciente número de países reconoce que el apetito mundial por experimentar y conocer ambientes y culturas diferentes a las propias es una extraordinaria oportunidad económica.

    * En la próxima centuria, cuando se mire atrás, estará claro que el surgimiento de China es la fuerza económica más importante en la configuración del planeta durante la última parte del siglo XXI.

    * Donde hay crecimiento económico emergen más formas del libre mercado y se acepta el hecho de que es la gente, y no los decretos del gobierno, la que crea oportunidades económicas.

    * Si Europa no reforma su atribulada economía del bienestar en este mundo competitivo, estará en riesgo de convertirse en un museo para prósperos visitantes de Asia y América.

    * El Pacífico asiático está destinado a liderar la economía global durante el próximo siglo.

    * América Latina ofrece nuevas áreas de oportunidad a los empresarios de todo el mundo, que advierten el crecimiento explosivo que se registra en esa región.