¿Quiénes ganan con Internet?

    No son, por cierto, la mayoría, pero en el negocio de Internet hay empresas que ya pueden mostrar ganancias, y no las virtuales que avizoraron en su business plan, sino números reales, contabilizados en sus balances.


    Así como cada vez más emprendedores se suman a la búsqueda de una veta de oro (que todos aseguran que existe, aunque muy pocos lograron encontrarla) quienes les venden picos y palas siguen facturando.


    Claro que los proveedores de servicios para la Web no son ajenos a la moderna fiebre del oro cibernético: como buenos vendedores, no se cansan de proclamar que Internet llegó para quedarse y, en muchos casos, terminan convertidos en socios de sus clientes, que prefieren pagar por sus servicios con acciones de sus empresas punto com.


    Los primeros que vieron el negocio fueron los ejecutivos de las empresas de tecnología, pero el perfil de los proveedores que ya están ganando con Internet es tan diverso como el de los inversores que financian a los distintos portales y sitios.


    Entre los vendedores de picos y palas hay empresas tradicionales con una larga trayectoria en la economía real y que vieron en la Web una forma de diversificar su cartera de clientes ­como los estudios de abogados, agencias de publicidad, operadores postales y auditoras de audiencia­ y también un número creciente de nuevos emprendimientos, creados específicamente para atender las necesidades de las punto com, como la desarrolladora I-Team, la agencia de publicidad Scarpato o la consultora buenpunto.com. En este último grupo también hay algunas empresas que ya se capitalizaron, o están a punto de hacerlo, para iniciar una expansión regional, como WhyNet, 24/7 y Collective Mind.


    Dime con quién andas


    A la hora de salir a captar clientes, pesan tanto los antecedentes que estas firmas consiguieron en la economía real como su experiencia en el mundo on line. Ser proveedor de El Sitio, por ejemplo, puede ser una carta de presentación tan relevante como contar con 20 años de trayectoria en un negocio específico.


    La propia lógica de Internet provocó que todos los tiempos se acortaran. Por un lado, las empresas de rubros tradicionales, como las consultoras, agencias de publicidad o bufetes de abogados, debieron adaptarse al ritmo de la Web, lo que en muchos casos las obligó a encarar una fuerte reconversión de sus procesos operativos. Por otra parte, la velocidad de los negocios on line hizo que una persona o compañía con dos años de experiencia se convirtiera en un veterano de la Red.


    Pero, en algunos casos, las consecuencias de este acortamiento de los plazos involucraron un alto costo. La proliferación de sitios y de proveedores llevó, según Alejandro Preusche, socio director de McKinsey, a que en determinadas ocasiones “se vieran horrores en contratos y en campañas publicitarias, producto de la inexperiencia”.


    “Internet no es un juego para chicos”, advierte, “y esto se aplica tanto a los players como a los que brindan servicios. Pero se cuelan improvisados. La exuberancia de proyectos nuevos fue producto de un océano de oportunidades al que cualquiera se podía lanzar, por las bajas barreras de entrada y por la enorme cantidad de capital disponible”.


    Sin embargo, Preusche afirma que “hacer un proyecto en serio, que apunte a desarrollar una estrategia, requiere análisis, gente capacitada que pueda integrar diferentes temas, y esto lleva años. No se arma una consultora de alta calidad de un día para otro. Es obvio que los abogados, las agencias de publicidad y relaciones públicas tuvieron que adaptarse a Internet. Pero no por eso deben cambiar los estándares de calidad”.


    Chapa para mostrar


    Así como las empresas punto com se muestran cada vez más cuidadosas con respecto a quién contratan, y utilizan la chapa de sus proveedores para seducir a un potencial inversor, del otro lado del mostrador también hay una actitud más selectiva. A ninguna empresa de la economía real le complace quedar pegada a un fracaso, no sólo por una cuestión de prestigio, sino porque, frecuentemente, el pago de los servicios se basa en una fórmula que combina efectivo y equity.


    Este último factor llevó a las firmas de la economía real a poner límite a la participación de los sitios en su cartera de clientes. A la hora de establecer prioridades, tienden a preferir a una empresa brick & mortar (de ladrillo y cemento) interesada en ingresar a Internet más que a un start-up. Los proyectos business-to business resultan, por otra parte, más atractivos que los que apuntan al consumidor final.


    A pesar de todos estos reparos y matices, en muchos casos no pudieron resistir la tentación de incursionar ellas mismas en los negocios virtuales, como sucedió con Porter Novelli y Andreani.


    En la mayoría de los casos, los proveedores parecen haberse contagiado del optimismo que reina en el mercado on line, lo que les permitió, hasta hace no hace mucho, vivir en un microclima sin frentes de tormenta, mientras el resto de la economía argentina padecía el azote de la recesión.


    “Después de la caída del Nasdaq, todo volvió a ser sincero y racional. Se ve una posición más acertada y un concepto más realista en la búsqueda del revenue. Antes, todas las punto com querían estar en cuatro países a los tres meses de haber nacido, y lanzar un IPO a los seis meses. Hoy, nadie las escucha si vienen con esas pretensiones”, señala Ekkehard Kuppel, socio de McKinsey.


    Los expertos de la consultora pronostican que también se avecina el momento en que las empresas locales de Internet deberán aceptar que sus clientes viven en la Argentina. “Si cae el poder adquisitivo de la gente, algunos proyectos tendrán que estirar más el período de tiempo que habían calculado para obtener ganancias y ésta es una consideración que muy pocos hacen”, advierte Preusche.

    Predicar
    con el ejemplo

    En la fiebre
    de Internet
    , lo más parecido a los picos y las palas son los
    equipos y el software. Las empresas de tecnología empalmaron
    la explosión de ingresos provocada por el estratégicamente
    publicitado Y2K con la demanda de servidores, plataformas y equipos de
    conectividad que generó el boom cibernético. Desde
    IBM, con su e-business, hasta Compaq, con su Non Stop, y
    Hewlett Packard con los e-services, pasando por Microsoft y el
    resto de las grandes y pequeñas compañías, todas
    salieron a ofrecer herramientas para la Web. Algunas aceptaron cobrar
    en equity parte de los equipos vendidos, al tiempo que prestaban
    su logotipo para jerarquizar los sitios.

    La carrera
    ascendente del Nasdaq en los primeros meses del año mostró
    a las claras por dónde estaba pasando el futuro. En marzo, Cisco
    Systems, especializada en equipos para redes, se trepó al podio
    de las compañías de mayor capitalización de mercado,
    al superar a Microsoft con un valor de US$ 548.100 millones. La firma,
    creada en 1984 por un matrimonio de profesores de Stamford que querían
    interconectar sus laboratorios, duplicó sus ingresos hasta alcanzar,
    el año pasado, los US$ 12.200 millones, con ganancias por US$ 3.000
    millones.

    En la Argentina,
    Cisco viene creciendo desde que se instaló, en 1995. Entre julio
    de 1998 y mediados de 1999 incrementó sus ventas en 63%. Esto condujo,
    a su vez, a tres mudanzas sucesivas. Incluso las nuevas oficinas en el
    edificio Laminar, en Catalinas, ya están empezando a quedar chicas
    para albergar a sus 60 empleados.

    La apuesta
    por Internet no es sólo una declaración de principios. Cisco
    armó el site comercial más grande del mundo en su
    propia empresa, con lo que logra ahorros de US$ 550 millones anuales en
    costos operativos y factura US$ 20 millones diarios. Para aprovechar su
    experiencia, ahora montó una unidad de negocios que se dedica a
    replicar en otras firmas el modelo que implementó en el ámbito
    interno.

    “La demanda
    seguirá subiendo. Habrá más necesidades en datos
    pero también en voz sobre IP (Internet Protocol). El área
    que atiende a service providers, que representa 60% de nuestras
    ventas, tendrá este año una tasa de crecimiento de alrededor
    de 100%”, anticipa Sebastián Ballerini, el responsable de atender
    a las empresas de telecomunicaciones y proveedores de acceso a Internet
    de la filial local de Cisco Systems.

    “Los consumidores
    de las telefónicas están cambiando: con Internet tienen
    llamadas más largas y otro tipo de tráfico. Cada vez más,
    la gente manda e-mails en lugar de hablar por teléfono y
    para adaptarse a esta situación deben modificar su infraestructura.
    Por otro lado, también se incrementan los usuarios y las aplicaciones,
    como los web centers o el broadcast sobre IP, por lo que
    otro eje del crecimiento será la necesidad de trabajar para mejorar
    el acceso.”

    Nacido
    para la Web

    Además
    de Cisco ­que en lo que va del año invirtió US$ 3.000
    millones en la adquisición de ocho empresas­ otra de las compañías
    que predica con el ejemplo es Sun Microsystems. Desde sus comienzos como
    productora de servidores y workstations, su eslogan fue “The Network
    is the Computer”. En 1995, con la declarada intención de cerrarle
    el paso a Microsoft, creó Java, un lenguaje de desarrollo universal
    que fue concebido para Internet y que la empresa lanzó a la Web
    en forma gratuita.

    La jugada
    para desafiar a Bill Gates no terminó allí. La compañía
    busca transformar la forma de hacer negocios en y con Internet y recientemente
    colocó en la Red un producto muy similar al Microsoft Office, el
    StarOffice, que cualquiera puede bajar a su PC.

    Según
    los cálculos del mercado, el último balance de la filial
    local, cerrado en junio, exhibió una facturación de US$
    80 millones y, de ese total, 20% fue aportado por empresas punto com
    o firmas de la economía real que están incursionando en
    e-commerce. Como Cisco, esta empresa nacida en 1982 es una de las
    más jóvenes de su sector y sus ingresos a escala mundial
    rondan los US$ 12.000 millones, con una ganancia de US$ 1.150 millones.