“Por ejemplo, prestar atención a comportamientos y decisiones del talento como la tendencia mayoritaria de los profesionales argentinos a cambiar de empleo si se le restringe la flexibilidad. Estos indicadores muestran cómo el bienestar ya no es un beneficio adicional, sino una condición que impacta directamente en el compromiso, la permanencia y el sentido de pertenencia dentro de la organización”, asevera Miguel Carugati.
¿Qué factores suelen incorporar las compañías en su definición de “bienestar laboral”? ¿Considera que son suficientes o hay aspectos que se “pasan por alto”?
Si bien todavía muchas compañías definen el bienestar laboral centrándose principalmente en factores tradicionales como la compensación económica, beneficios de salud y programas de desarrollo profesional, hoy el bienestar necesita entenderse como “un concepto integral que combine desarrollo profesional, salud física y mental, equilibrio personal-laboral, inclusión real y un sentido de propósito y reconocimiento -remarca Miguel Carugati-. En este sentido, una propuesta de valor verdaderamente atractiva y sostenible para el talento actual debe contemplar estos aspectos”.
¿Existen diferencias entre aquello que esperan las nuevas generaciones versus las generaciones anteriores en cuanto a bienestar en el entorno laboral?
Si bien las distintas edades valoran trabajar en un entorno en el que puedan desarrollarse profesionalmente, sin sacrificar su salud mental ni su vida personal, las nuevas generaciones esperan mucho más. Para muchos de ellos, liderar no es atractivo si se asocia con presión, estrés o pérdida de autonomía. Llegan a rechazar ascensos si perciben que eso puede implicar perder su bienestar. Además, quieren líderes que inspiren, escuchen, generen confianza y trabajen como parte del equipo. También demandan un entorno en el que puedan ser ellos mismos, y se fomente la diversidad. La experiencia en una oficina, que para muchos fue limitada o nula por la pandemia, también es valorada, pero no bajo esquemas rígidos sino como parte de un modelo híbrido que combine lo mejor de ambos mundos. Articular estas necesidades implica reconocer las distintas prioridades según la etapa de vida y experiencia de cada persona. Las empresas deben crear espacios de diálogo intergeneracional, formar líderes empáticos y ofrecer propuestas de valor laborales que contemplen estas necesidades.
El bienestar mental, en auge
¿Qué nuevos beneficios se ven en el mercado argentino para abordar el estrés, la hiperconexión, o la conciliación de la vida personal y laboral?
La principal medida adoptada por las empresas es la flexibilidad horaria. Esta estrategia permite a los empleados organizar sus jornadas de forma más equilibrada, reduciendo la presión constante y mejorando la calidad de vida. Otras acciones, aunque aún son implementadas por una minoría de las organizaciones, también están ganando presencia. De acuerdo con nuestra Guía Salarial y Estudio de Tendencias 2025, estas incluyen programas de ejercicio físico, de bienestar emocional y mental, sesiones de meditación, mindfulness y espacios de terapia o asesoramiento psicológico. Invertir en este tipo de iniciativas mejora el bienestar individual y genera entornos laborales más saludables, colaborativos y sostenibles en el tiempo.
¿Qué recomendación le daría hoy a un CEO argentino que quiere comenzar a trabajar el bienestar de sus empleados buscando un impacto real?
Le aconsejaría escuchar activamente a su equipo y reconocer que el bienestar laboral hoy está profundamente ligado a la flexibilidad, la autonomía y a una cultura organizacional saludable. El bienestar verdadero se construye con decisiones basadas en datos concretos sobre las expectativas y experiencias de los profesionales. Por ejemplo, tener en cuenta un punto central como la modalidad de trabajo. De acuerdo con nuestro informe Talent Trends 2025, en Argentina, el 67% de los talentos estaría dispuesto a cambiar de empleo si se les impusiera más presencialidad, lo que refleja una clara demanda de autonomía y confianza. Por eso, más que imponer reglas rígidas, se trata de co-crear esquemas laborales que equilibren bienestar y productividad.
¿De qué manera el bienestar laboral podría convertirse en un diferencial competitivo?
El bienestar es una condición básica en la relación laboral. Hoy, el talento no solo busca un buen salario, sino un entorno que le permita desarrollarse profesionalmente, equilibrar su vida personal y profesional, cuidar su salud mental sentirse valorado, reconocidos y libres de mostrarse tal como son. De esta forma, las organizaciones que logren responder a estas nuevas expectativas estarán mejor posicionadas para atraer, fidelizar y motivar a los talentos. Además, apostar por el bienestar no solo mejora el clima interno, sino que fortalece la marca empleadora y la confianza en el liderazgo. En definitiva, no es solo una cuestión ética o de responsabilidad social sino una decisión de negocio sostenible.












