Los susurros que gestan la revolución

    ESTRATEGIA | Marketing

    Por Patricio Cavalli

    Algunos quieren agruparse, agremiarse, formar su propia asociación.
    Los más exaltados proponen mandar “a la miércoles” (sic) a las asociaciones actuales, que los vieron nacer, pero les dicen “bueno, bueno, muchachos, despacio, no se pueden comer todos los eventos”.
    La cuestión para los jóvenes creativos digitales e interactivos está en si quedarse en las grandes asociaciones; o si separarse y agruparse entre ellos.
    Si siguen en las grandes asociaciones del marketing, harán un camino interesante, recto, seguro y apacible.

    Los dos caminos
    Si se separan, su camino será igualmente interesante, pero curvilíneo, fluctuante, riesgoso y picante.
    Si se quedan, corren el riesgo de perder el calorcito del hogar, para encontrarse con el frío mundo real. Corren también el riesgo de que los sigan aplacando, “dándoles” un espacio en el mainstream, pero encapsulándolos, para que no “se coman” al resto de las áreas de la disciplina. No serán entonces más que los creativos de “esa parte del marketing”.
    Si se van, se agrupan y se organizan, corren el riesgo de perder frescura, de que un día las normas valgan más que las ideas; y de transformarse en un nuevo establishment, que a la larga esperará que otra camada de jóvenes se agrupe para quitarles su lugar. Hubo un día en que hasta los surrealistas echaron gente de su movimiento, por no cumplir con su manifiesto.
    Los dos caminos son peligrosos; la opción es confusa y el camino nebuloso, como todo en este siglo.
    pcavalli@mercado.com.ar

    La revolución imposible

    Por Antonio Cliftón (*)

    Leí con interés la nota firmada por el Sr. Cavalli en la última edición de Mercado, y realmente me pregunto si este periodista tiene alguna noción de cómo es realmente el mundo exterior a su burbuja digitalizada.
    Allá afuera, las cosas no son tan simples como se las pinta. La revolución de la que estas páginas son un órgano de difusión, no está tan cerca, ni será tan fácil.
    Entre las fuerzas conservadoras –por ponerlo en términos políticos–, están los mismos proveedores de servicios digitales: los ISP [N.d.E: Internet Service Providers] –Arnet, Speedy, Fibertel, Sion …– y los carriers de celulares –Movistar, Personal, Claro …–.
    Si alguna vez navega por la Web, el Sr. Cavalli encontrará que la búsqueda “Arnet+problemas” arroja 115.000 resultados en Google, y que sites como www.speedyapesta.com.ar tienen 21.272 mensajes en 2.159 temas, o que el site www.quejasfibertel.iespana.es denunció ser censurado por pedido de la empresa.

    La Web no es segura
    Cuando un brand manager se queda sin conexión web durante tres, cuatro, cinco o diez días (y pasa muy seguido), y en esos mismos días ve que la vía pública sigue ahí, la tele sigue transmitiendo y los diarios siguen imprimiendo, ¿qué creen que piensa?
    ¿Dice “Ah, la revolución no será televisada” y cambia su pauta al mundo digital? No. Piensa: “Vamos a lo seguro, me juego mi bonus” y pauta en TV y gráfica.
    Convenzámoslo de que el futuro es lo digital, mientras los operadores de su ISP le dicen: “Cuando vea que su modem tiene señal, ahí es que se arregló el problema”; o “Tardará en solucionarse lo que tarde en solucionarse”.
    Y convenzámoslo de ese futuro, cuando funcionarios de carriers celulares dicen –en esta misma publicación– “nuestra base de datos no está en venta, ni lo estará jamás”.
    Muchas revoluciones han cambiado el mundo, es cierto. Pero son muchas más las que han fracasado. Con proveedores de servicio como los de hoy en la Argentina, la guillotina de la que hablaba el Sr. Cavalli en Mercado de octubre le espera a los digitales, no a los tradicionales.

    (*) Antonio Cliftón es consultor en tecnología y comunicaciones; MBA en Harvard y profesor universitario en EE.UU.