Anteriormente, solo tenían permitido operar con restricciones horarias y de ubicación, pero pronto, cualquier ciudadano en esta región podrá pedir un auto sin un piloto humano con solo pulsar un par de veces el teléfono. Y los taxistas y conductores de automóviles de alquiler de la ciudad californiana tendrán una nueva competencia automatizada.
En San Francisco operan vehículos de las empresas Waymo y Cruise, esta última propiedad de General Motors, y estos pueden operar por toda la ciudad menos por la autopista. Aquellos que lo han probado aseguran que las ventajas superan con gran diferencia los pequeños defectos que estos coches robóticos puedan tener.
La decisión se tomó en San Francisco tras una sesión de comentarios de la ciudadanía que duró seis horas, a pesar de las enérgicas objeciones de las autoridades de San Francisco y de algunos residentes. Instaron a la CPUC a rechazar cualquier expansión del servicio, argumentando que incluso después de años de pruebas en las calles serpenteantes, nubladas y a veces caóticas de la ciudad, los vehículos no están listos para el horario de máxima circulación de automóviles.
Para Cruise y Waymo, la aprobación fue un paso importante para convertir los miles de millones invertidos en perseguir un sueño distintivo de la industria tecnológica en un negocio que fuera viable, y para ofrecer beneficios a los inversionistas externos que han respaldado los proyectos. General Motors informó de pérdidas de 1,900 millones de dólares en Cruise en 2022, un salto por encima de las pérdidas de 1,200 millones del año anterior, a pesar de expandir su programa de viajes de pago. Ahora, a Waymo se le permitirá operar a velocidades de hasta 65 millas por hora en la ciudad (poco más de 100 Km/h); Cruise podrá desplazarse hasta 35 millas por hora (algo más de 50 Km/h)