Por Matías Jalil (*)
En un mundo que atraviesa una seria crisis financiera con niveles de inflación no vistos en 40 años, fuertes subas de tasas en los últimos meses y casos recientes de entidades bancarias con riesgo serios de default, tanto los costos productivos como los de financiamiento han subido precipitadamente para todo el arco empresarial. Ello lleva a que el acceso al financiamiento se haya dificultado y que por consiguiente el costo del endeudamiento se haya incrementado, sobre todo para las empresas de menor tamaño, cuya calificación de riesgo se vio empeorada.
Por otro lado, la logística tampoco escapa a la realidad que han sufrido el resto de los costos de producción. En Argentina, el índice de costo de transporte medido por FADEEAC para 2022 estuvo más de un 20% por encima del índice de inflación de precios minorista.
En el resto del mundo la situación es similar: las subas de los costos del transporte a nivel global fueron superiores a los índices generales de precios promedio de las economías. A su vez, existen otras complicaciones derivadas de escasez de oferta de servicios y mano de obra que agravan aún más la situación.
Esto pone a las Pymes ante el doble desafío de enfrentar un financiamiento cada vez más caro y de difícil acceso que dificulta las posibilidades de inversión y una logística también más costosa y complicada que atenta contra su competitividad. En ese sentido, se ven obligadas a persistir en la búsqueda de alternativas que brinden sostenibilidad a su cadena de suministro y les permitan bajar costos.
Más tecnología, menos costos
La falta de procesos tecnológicos vuelve lento, costoso e ineficiente a las pymes, dejándolas expuestas ante la pérdida de clientes que eligen a la competencia.
La logística no está exenta al rol clave que juega la tecnología. En este sector la implementación de las últimas herramientas agiliza tareas, permiten procesar mayores volúmenes y mejora el servicio en función de la experiencia del cliente permitiendo reducir riesgos o posibles problemas.
El acceso a tecnologías aplicadas, en este caso en la logística, permite bajar costos de transporte y distribución sin necesidad de endeudamiento ni inversión. Es un verdadero igualador de oportunidades para empresas de menor tamaño y una gran ayuda para mantener la estabilidad del comercio y de la economía global.
(*) CEO y cofundador de Qubik