domingo, 22 de diciembre de 2024

Tercer mes consecutivo de déficit bilateral con Brasil

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El flujo comercial entre Brasil y Argentina aumentó 7,2% i.a. en marzo (+35,7% vs. mar-20) y alcanzó los US$ 2.169 millones, la cifra más alta para un tercer mes del año desde 2018.

Asimismo, afirma la consultora ABECEB, el déficit comercial bilateral mensual fue US$ 223 millones (+39,7% i.a.) y acumula US$ 630 millones en lo que va del año.

En cuanto a las importaciones, las compras a Brasil volvieron a aumentar en su comparación interanual (+9,6% i.a.) -aunque a un ritmo mucho menor que el de febrero, cuando subieron 37,7% i.a.- y llegaron a los US$ 1.196 millones.

Los principales productos que sufrieron caídas interanuales fueron los siguientes: “Vehículos a motor para el transporte de mercancías y usos especiales” (-36,4%) y “Vehículos de pasajeros” (-26,7%); y “Mineral de hierro y sus concentrados” (-29,2%). Por otro lado, “Papel y Cartón” evidenció un importante incremento del 92,9% i.a., mientras que “Partes y accesorios para vehículos automotores” aumentaron un 33,4% i.a. -las restricciones afectan en menor medida este ítem que a los productos terminados ya que su importación es necesaria para la producción nacional-.

Por el lado de las exportaciones, luego de la importante reducción de febrero (-12,1% i.a.), en marzo lograron crecer 4,4% i.a. y alcanzaron los US$ 973 millones. En su composición, únicamente “Vehículos a motor para el transporte de mercancías y usos especiales” disminuyó en la comparación interanual (-4,9%), mientras que “Trigo y centeno, sin moler” (+3,4%), “Propano y butano licuados” (+18,6%) y “Motores de pistones y sus partes” (+17,2%) aumentaron en relación con marzo 2021.

A su vez, cabe destacar el desempeño de “Vehículos de pasajeros”, que se incrementó un 154,4% i.a. y pasó a representar el 16% de las importaciones brasileras para este producto (vs. 6,9% en mar-21).

Con todo, las importaciones acumularon US$ 3.191 millones en los tres primeros meses del año (equivalente a un crecimiento de 22,3% en relación con el mismo período de 2021), mientras que las exportaciones alcanzaron los US$ 2.561 millones (-4,4% vs. ene-mar 2021). De esta manera, el saldo bilateral acumulado entre enero y marzo fue negativo por US$ 630 millones (en los primeros tres meses de 2021 el saldo había sido positivo en US$ 18 millones), lo que convalida la tendencia al ensanchamiento del rojo bilateral con nuestro principal socio comercial.

Hacia adelante, y en línea con lo observado en el primer trimestre, se espera que la tendencia de la balanza comercial bilateral a mayor déficit se consolide. Así, con importaciones que seguirán creciendo por encima de las exportaciones, se estima que el déficit comercial ronde los US$ 2.000 millones en 2022. Se trata claro está de un déficit pequeño en perspectiva histórica (a modo de ejemplo, entre 2004 y 2018, el déficit promedió los US$ 3.500 millones), pero que marca sin dudas una reversión de la situación extraordinaria de superávit verificada en 2021 (+US$ 66 millones) y 2019 (+US$ 859 millones), al retorno a la normalidad histórica de un balance deficitario entre ambas economías.

La caída del saldo comercial está asociada principalmente al diferente ritmo esperado de expansión económica en ambas economías. Con Brasil cuasi estancado (+0,4% es la proyección de suba del PBI en 2022) su demanda externa será floja, afectando nuestras exportaciones; en tanto que la Argentina, pese a las restricciones sobre las importaciones, seguirá ampliando su demanda de productos brasileños con un PBI subiendo 3,5% y una estructura productiva que, en muchos sectores demandará de insumos para funcionar (caso testigo, autopartes).

No debe dejar de resaltarse que se espera que el ensanchamiento del rojo comercial bilateral siga viéndose amortiguado por las restricciones a las importaciones por parte de la Argentina y por el buen desempeño esperado de las exportaciones de algunos productos de peso (como las pick ups para las cuales el mercado brasileño presenta perspectivas favorables pese al cuasi-estancamiento de la actividad ya que son menos sensibles al ciclo económico).

Por último, habrá que monitorear de cerca cómo los problemas de suministro que siguen afectando distintas industrias (fertilizantes, semiconductores, etc.) pueda generar alguna traba al flujo comercial en general, así como al bilateral.

 

 

 

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