2020 será un año que las mujeres recordarán como un período agotador. Según el estudio de Expectativas de Consumo de diciembre de 2020 de Trendsity sobre 1000 casos total población argentina, las mujeres transitaron el año con múltiples exigencias, sumaron tareas y creció el nivel de angustia.
Todo en un contexto de inflación constante y de gran temor al desempleo, que las afectó en mayor proporción que a los hombres.
Reconocieron estar mucho más cansadas. El aislamiento puso en evidencia -como nunca- la relevancia invisibilizada de las tareas de cuidado en el hogar, que siguen estando mayoritariamente a cargo de ellas. Las madres se convirtieron en centro de abastecimiento, maestra particular, cocineras, delivery y movilidad.
Si las madres en general están más cargadas de tareas, la pandemia lo ha profundizado. Se suman los retos de la semi presencialidad de las clases y rutinas de los hijos, que son aún más dificultosos si la mujer regresa al trabajo presencial. La organización del día a día puede ser agotadora y muy demandante. Casi inevitablemente se traduce en una resignación del tiempo para ellas y sus propios compromisos.
También estuvo presente la tensión con la pareja (en los casos de convivencia). Es diferente verse unas pocas horas al día, que hacerlo 24/7 y en muchos casos, en espacios muy reducidos. También fue omnipresente la preocupación por sus hijos (por la adaptación a rutinas cambiadas, por si estaban siendo bien educados, surgieron interrogantes sobre la preparación para el futuro, sobre su falta de socialización y por sus emociones).
Las mujeres además, son parte vertebral a la hora del cuidado, en el ámbito personal (a cargo de sus padres/madres/parientes) pero también en el sistema de salud (enfermeras por ejemplo, cuidadoras, acompañantes terapéuticas, etc), por eso se dice que el impacto sobre ellas ha sido mayor.
Se está pensando en políticas e iniciativas para minimizar las brechas que la pandemia ha profundizado, desde compensaciones económicas, hasta leyes de teletrabajo que incluyan la situación particular de la mujer, entre otras. Ya hay teóricos que señalan que la pandemia “puede hacer retroceder 25 años en la igualdad de oportunidades para las mujeres”, de ahí la necesidad de acciones que disminuyan este impacto.
En paralelo, también fue un año que también será recordado por grandes luchas. Coincide con que ha sido un año donde creció el número de femicidios: de acuerdo con la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).en los últimos 25 días de septiembre hubo un femicidio cada 24 hs cuando antes el promedio era uno cada 30 y al principio de la cuarentena 2 cada 29 horas. Fueron meses donde se trabajó en distintos países la necesidad de frenar esta ola de violencia. Otra causa importante que convocó al debate fue el tratamiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Además, de manera global, se reconoció a las mujeres líderes de países por su manejo de la pandemia, como en el caso de Nueva Zelanda, Islandia, Alemania, y Dinamarca.
Al investigar los distintos cambios en temas de género, se advierten las tensiones, los avances, resistencias y retrocesos. No existe una sola respuesta de las marcas para abordar el tema. Tampoco la respuesta puede pensarse como permanente, sino que debe estar abierta al intercambio con el contexto.