Se agruparon con el nombre de “Millonarios por la Humanidad” porque quieren ser parte de la solución en la lucha contra la actual pandemia. Proponen contribuir a financiar los sistemas de salud, de seguridad y las escuelas con un aumento permanente de impuestos a aquellos que más dinero tienen en el planeta. El grupo está integrado por estadounidenses, alemanes, holandeses, dinamarqueses, británicos y canadienses.
Robert Shrimsley, en el Financial Times, titula su nota sobre el tema “No tengan miedo, han llegado los millonarios por la humanidad”. En su nota no objeta la iniciativa — que es buena y parte de personas con buen corazón — sino que está planteada en un tono tan rimbombante y auto-complaciente, que se hace difícil tomarla en serio.
El nombre, dice, es sensacional. Sirve para distinguirse de los millonarios en contra de la humanidad, de los millonarios que son ambivalentes en cuanto a la humanidad y también de los que están a favor de la humanidad pero prefieren tener bien guardado su dinero.
“Tenemos dinero, mucho. Dinero que se necesita desesperadamente ahora y seguirá siendo necesario en los próximos años, a medida que nuestro mundo se recupere de esta crisis”. iniciativa es buena y parte de personas que tienen buen corazón, pero está planteada en un tono tan rimbombantey autocomplaciente, que se hace algo difícil tomarla en serio. Eso merece un aplauso, dice Shrimsley.
Después de unas cuantas líneas de hablar sobre gente común que no son como ellos (ironiza el periodista), les piden a sus gobiernos que les impongan una suba inmediata, importante y permanente de impuestos. “De modo que por favor, hágannos pagar más impuestos. Es la opción correcta. Es la única opción”. El párrafo lo terminan con una reflexión profunda: “La humanidad es más importante que nuestro dinero”.