Con el fin de que los alimentos sigan llegando con normalidad a las bocas de expendio, la industria de los alimentos ha debido modificar algunos de sus procesos y aplicar diversas estrategias para contener dos frentes fundamentales: lograr tanto el abastecimiento de los comercios como cuidar a quienes se desempeñan dentro de cada empresa.
Directivos de diversas empresas de consumo masivo de primera línea, y de insumos y aditivos para la industria le comentaron al Máster Internacional en Tecnología de los Alimentos (MITA) -desarrollado en forma conjunta por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) y la Università degli Studi di Parma (Italia)- cómo se han rediseñado sus actividades frente al COVID-19.
En aquellas secciones indispensables de la industria alimentaria, que no pueden quedarse en casa, como las de producción, mantenimiento y logística, se requirieron protocolos específicos que incluyeron desde el paso por las provincias hasta el ingreso a las localidades. Las materias primas deben ser recibidas y los alimentos, producidos, envasados, almacenados, analizados y transportados, muchas veces, desde o hacia otros países.
Distancias, elementos de seguridad y protección, y capacitaciones exprés preventivas también son parte de la mecánica instaurada, además de la redistribución de turnos laborales, esquemas especiales de mantenimiento y control de la temperatura de los operarios durante las entradas y salidas de las plantas, y, en algunos casos, la firma diaria de una declaración jurada que establece que tanto la persona que trabaja y su grupo familiar no presentan ningún tipo de síntomas.
A modo de ejemplo, en muchas empresas, durante la descarga de mercadería, se evita que los choferes de camiones desciendan de la cabina para no tener contacto con el personal de la planta.
En firmas reconocidas, tanto los conductores como el personal de ventas que debe trasladarse por los comercios son provistos con kits que contienen barbijos, guantes e, incluso, productos para evitar picaduras de mosquitos transmisores de dengue. Y en caso de sospecha de coronavirus, se activa un protocolo especial. Con respecto a la provisión de materias primas a través de los puertos, no suele haber mayores contratiempos, aunque siempre puede presentarse algún inconveniente operativo.
En el caso de uno de los patrocinadores del MITA, El Bahiense, Aditivos Alimentarios S. R. L., la empresa entiende que, como proveedora de insumos para la industria de la alimentación humana y de mascotas, juega un papel fundamental en la cadena que lleva alimentos a las góndolas y la mesa del consumidor. Por ello, ser ágiles, precisos y eficientes —lo que siempre fue política de la compañía— hoy cobra una relevancia notable.
La coordinación y la comunicación son esenciales, ya que los clientes también aplican sus propios esquemas de emergencia, lo que “en cascada” tiene efectos en la empresa. Como parte de las medidas, El Bahiense restringió al mínimo esencial la presencia del personal en las plantas de producción y de distribución con el fin de mantener las operaciones y proteger a los empleados, y buena parte de la empresa está trabajando desde sus hogares, como las áreas comerciales y administrativas.
La comunicación interna se mantiene permanentemente a distancia e incluye actividades de capacitación interna que ya comienzan a brindarse de forma remota. A estas medidas, se suma la suspensión de visitas a clientes y la recepción de proveedores para minimizar los contactos.
La motivación: fundamental
En gran parte de las empresas consultadas por el MITA, mantener la motivación es fundamental. Y una forma es que sientan positivamente la responsabilidad social de su trabajo.
Consultado sobre el tema, Adrián Saporiti, del Grupo Saporiti, que proporciona materias primas para la industria alimentaria, pone de relieve la importancia de la comunicación positiva: “En la empresa, hablamos de la magnitud real de los riesgos y de la necesidad de cuidarnos entre todos. Por otro lado, compartimos con orgullo la responsabilidad de seguir trabajando para sostener la producción de alimentos, que es imprescindible para que nuestro país supere este mal momento. Sabemos de la preocupación que todos tenemos por enfermarnos y, más aún, de enfermar a nuestros seres queridos, pero compartimos el sentimiento de estar haciendo nuestra parte para que superemos la crisis. Nos cuidamos mucho, pero no dejamos de hacer lo que hay que hacer”.
En un momento en el que la pandemia agudiza la crisis económica en el mundo, la conservación de las fuentes laborales es —junto con la salubridad— un tema primordial y que ayuda a paliar la angustia generalizada. Con respecto a este tema, Saporiti señala, como antecedente, las políticas de conservación de trabajo instauradas en otra gran crisis, la de 2001.
¿Qué es el MITA?
Es el Máster Internacional en Tecnología de los Alimentos, desarrollado en forma conjunta por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) y la Università degli Studi di Parma (Italia) con el objetivo de contribuir a la formación de profesionales con conciencia científica, técnica y de gestión, para la aplicación de innovaciones en las empresas alimentarias, con especial énfasis en la transferencia de tecnología y management de la industria alimentaria italiana a la argentina.