Arthur Andersen LLP, con sede en Chicago, era una de las “Big Five” firmas contables internacionales junto a PricewaterhouseCoopers, Deloitte Touche Tohmatsu, Ernst & Young y KPMG.
En el año 2002 la firma — que auditaba la contabilidad de Enron, la corporación energética que quebró en medio de un escándalo de proporciones gigantescas – volutariamente entregó sus licencias y dejo de operar. Las otras firmas compraron algunas de las prácticas de Arthur Andersen, que aunque nominalmente sigue existiendo, no volvió a ser un negocio viable.
Pero el nombre mantiene su valor y ahora se ha desatado una guerra por el derecho a usarlo. Trece años después del escándalo Enron que desintegró a Andersen, aparece “The New Arthur Andersen” en Francia anunciando que se lanzará en Europa el año próximo.
Pero tal parece que tendrá que pelear con una firma de Estados Unidos que lleva el nombre de Andersen Tax, que en 2014 anunció que había adquirido el “emblemático nombre de marca” para su grupo que asesora en tema impuestos y que antes se llamaba WTAS, fundado en 2002 por 23 ex socios de Andersen.
Veronique Martinez, abogada y cofundadora del Nuevo Arthur Andersen, dijo el miércoles que su grupo está en conversaciones con Andersen Tax sobre la marca pero que tenía el derecho a usar el nombre. “Ellos tienen un problema en cuanto al nombre. Nosotros podemos implementar nuestro proyecto sin ellos. Ellos no pueden hacer lo mismo”.
En realidad, con el desprestigio que cayó sobre Arthur Andersen luego de destaparse su enorme responsabilidad en la contabilidad creativa de Enron, no se explica muy bien por qué este apetito por resucitar una marca desprestigiada. La firma cocinó libros y dificultó el trabajo de la justicia ordenando al personal que destruyera documentos comprometedores. Desapareció en 2005, pero para entonces, el personal de Andersen en Estados Unidos se había dispersado, muchos de los cuales hacia las otras cuatro grandes firmas contables. Los rivales, mientras tanto, se hicieron cargo de las prácticas de la compañía en otros países.
Martínez, que trabajó como abogada en la vieja Arthur Andersen hasta 2001, dijo al Financial Times que su nueva sociedad está decidida a no repetir los errores del pasado. Ofrecerá la mayoría de los viejos servicios de Andersen, además de impuestos y auditoría. Dijo además que estarán inspirados en “los valores detrás de Andersen, la forma de pensar y la forma de trabajar”.
Por su parte, Mark Vorsatz, director ejecutivo de Andersen Tax y ex socio de la vieja Andersen, también hizo alusión a los valores de su empleador cuando anunció el cambio de nombre de WTAS en 2014. Varias encuestas sobre reputación demostraron que l nombre Andersen rankea mejor que muchas otras marcas de grupos contables.