lunes, 25 de noviembre de 2024

¿Big Data? A veces mejor “Little Dataâ€

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Lo bueno de Big Data es que permite un cambio de paradigma en las organizaciones: ya no se manejan siguiendo la intuición sino que se pueden tomar decisiones más racionales valiéndose de datos y análisis. Pero no todas los sectores disfrutan del  material suficiente para lograrlo.

Las oportunidades que presenta Big Data son muchas. Para las compañías, la facilidad de tomar decisiones operacionales basándose en más que la intuición de sus ejecutivos es realmente un cambio de paradigma. Pero no todas, sino la mayoría, de las empresas se manejan en ambientes en donde los datos sobren: en industrias b-to-b y en mercados emergentes como el nuestro no siempre sobra la información. Entonces las empresas tienen que contentarse con lo poco que pueden obtener para analizarse y así tomar mejores decisiones.

 

Aunque es difícil, no es imposible. Hay compañías que han explotado “Little Data”, como le dicen a estas situaciones en donde las herramientas de “Big Data” resultan incompatibles, con éxito. Por ejemplo, un productor de productos de pintura industriales tenía pocos datos sobre la variación que existía en el precio de acuerdo a clientes o regiones de comercialización. No podían usar herramientas de Big Data para hacer un mapa de precios elásticos. Pero usando otras herramientas asociadas a “Little Data” la compañía pudo identificar áreas concretas de mejora y crearon un sistema mediante el cual los mejores clientes siguiesen recibiendo el mejor servicio. Mejoraron 4% las ventas.

 

¿Otro ejemplo? Una compañía de bebidas buscaba mejorar sus ventas en bares, restaurantes y otros lugares de entretenimiento como los teatros y los cines. No había suficientes datos para segmentar al tipo de cliente ni análisis sobre cómo mejorar su experiencia de consumidor. Usando la observación y después aplicando un algoritmo sobre los datos recabados pudieron clasificar mejor a cada uno de los lugares. Para cada grupo idearon estrategias de marketing y establecieron diferentes productos y precios, con buenos resultados.

 

Ninguno de estos ejemplos implicó una gran inversión en hardware, software o infraestructura de ningún tipo. En algunos casos, como en el de la empresa de bebidas, la  recolección de datos les significó una inversión pequeña de recursos. Lo que sí se necesita, cuando se trata de “Little” y no de “Big” Data, es de mucha creatividad y ganas de aprender haciendo. De encontrarse con una situación en donde haya poca información, no hay que tener miedo de crear proyectos piloto. La realidad es que cuando las empresas comienzan a invertir en análisis, difícilmente paren: traen tantas mejoras al negocio que su costo es fácilmente amortizable.

 

 

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