En la semana que termina hoy un miembro de la Cámara de los Comunes preguntó al Presidente de la Cámara por qué el día anterior se le había dado la palabra a un miembro que no llevaba corbata.
Desde hace siglos, el Parlamento inglés adhiere a estrictas reglas que consideran vitales para el normal desempeño de sus tareas. Por ejemplo, la de dirigirse a otro miembro del Parlamento con “mi honorable amigo” y no Pedro ni Juan y dirigirse entre ellos en una manera que sea respetuosa de la Cámara y de la posición que ocupan en el país. En vestimenta se espera que los hombres vistan saco y corbata; para las mujeres (cuya presencia es un acontecimiento reciente) se espera el mismo nivel de formalidad.
Algunas de las antiguas reglas han sido actualizadas, otras no. El tema de la corbata para los hombres fue traído a la superficie por la pregunta mencionada arriba. Lo sorprendente fue la respuesta del presidente de la cámara: “Mientras una persona esté vestida de manera correcta y formal, el hecho que tenga o no tenga corbata no me parece que afecte el buen gusto de la Cámara”. Hubo risas generales en el recinto y la situación fue interpretada como el inicio de una nueva era en el parlamento inglés. Una era sin corbata.
