Un senador en Estados Unidos demanda a Dios por catástrofes
Ernie Chambers es un senador local (Nebraska) poco versado. Ignorando que el derecho positivo no abarca entes divinos su existencia es artículo de fe indemostrable-, radicó una acción contra alguien conocido por varios títulos y nombres.
Según el personaje, “Dios” suele provocar nefastas catástrofes, muerte y estragos alrededor del planeta, sin exhibir la misericordias que tantos creyentes le adjudican. La demanda, presentada el 14 de septiembre, demuestra que en algunos rincones de Estados Unidos prosperan las acciones más absurdas.
Chambers admite que resulta imposible citar al demandado, por lo cual involucra a “representantes de religiones y cultos que se reconocen como agentes de suyos”. En rigor, debiera centrarse en el papa, único dirigente que se declara vicario de Cristo (aunque no de “Dios” mismo) en la tierra. El resto del monoteísmo no llega a tanto.
Inspirado quizá por tempranas libaciones, el legislador estadual revela haber hecho sus propios esfuerzos para comunicarse con el todopoderoso. Pero éste se ha negado a manifestarse. Por el contrario, ha lanzado sobre la humanidad “inundaciones, maremotos, terremotos, huracanes, plagas, hambrunas, sequías y guerras genocidas”.
Al respecto, muchos teólogos suelen adjudicar lo último a Satanás, ángel caído que -por motivos misteriosos- “Dios” permite seguir actuando. Pese a haberle sacrificado su propio hijo, como cordero (chivo) emisario para lavar los pecados del mundo. Chambers parece identificar al demandado con el diablo, pues le reprocha “no haber tenido compasión ni remordimientos”. No contento con eso, hasta “se ríe de tantas calamidades”.
¿Cómo lo sabe el combativo senador, si no ha logrado entrevistarse con la deidad en cuestión? Visto de otro modo, ¿cómo “Dios” le ha permitido ocupar la banca desde 1970? ¿quiénes lo votan? Esta pregunta es pertinente, pues el republicano Chambers suele criticar a los cristianos de Nebraska. Ahora, el asunto queda en manos de un juez que, tal vez, esté riéndose a carcajadas.
Según el personaje, “Dios” suele provocar nefastas catástrofes, muerte y estragos alrededor del planeta, sin exhibir la misericordias que tantos creyentes le adjudican. La demanda, presentada el 14 de septiembre, demuestra que en algunos rincones de Estados Unidos prosperan las acciones más absurdas.
Chambers admite que resulta imposible citar al demandado, por lo cual involucra a “representantes de religiones y cultos que se reconocen como agentes de suyos”. En rigor, debiera centrarse en el papa, único dirigente que se declara vicario de Cristo (aunque no de “Dios” mismo) en la tierra. El resto del monoteísmo no llega a tanto.
Inspirado quizá por tempranas libaciones, el legislador estadual revela haber hecho sus propios esfuerzos para comunicarse con el todopoderoso. Pero éste se ha negado a manifestarse. Por el contrario, ha lanzado sobre la humanidad “inundaciones, maremotos, terremotos, huracanes, plagas, hambrunas, sequías y guerras genocidas”.
Al respecto, muchos teólogos suelen adjudicar lo último a Satanás, ángel caído que -por motivos misteriosos- “Dios” permite seguir actuando. Pese a haberle sacrificado su propio hijo, como cordero (chivo) emisario para lavar los pecados del mundo. Chambers parece identificar al demandado con el diablo, pues le reprocha “no haber tenido compasión ni remordimientos”. No contento con eso, hasta “se ríe de tantas calamidades”.
¿Cómo lo sabe el combativo senador, si no ha logrado entrevistarse con la deidad en cuestión? Visto de otro modo, ¿cómo “Dios” le ha permitido ocupar la banca desde 1970? ¿quiénes lo votan? Esta pregunta es pertinente, pues el republicano Chambers suele criticar a los cristianos de Nebraska. Ahora, el asunto queda en manos de un juez que, tal vez, esté riéndose a carcajadas.
