Un indigente fisicoculturista

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Este hombre no tiene techo, tiene 50 años, se llama Jacques Sayagh y duerme en las calles de París pero se las ingenia para fortalecer su musculatura y así participar en competencias de fisicoculturismo.

A pesar de tener el hígado en malas condiciones por años de abuso con el alcohol, Sayagh compite en concursos de musculación usando como gimnasio las calles que él considera su hogar.

Hace flexiones sobre la vereda, se cuelga con cinturones especiales de los faroles de las calles y realiza todo tipo de entrenamiento en los lugares de uso público.

Cuando le preguntan por qué continúa con la rigurosa rutina de entrenamiento, explica que tiene nietos y no quiere que piensen que su abuelo está en un agujero. Quiere que estén orgullosos de él.

 

Vive en la calle por elección personal. Dice que no le agrada vivir en un departamento pequeño, que no siente frío durmiendo en el suelo y bajo cartones y que se siente feliz viviendo la libertad de las calles.

 

 

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