Mason, veterano analista del mundo del arte, se esfuerza por separar los chicos
más malos de los menos malos en esta historia. Cuenta allí cómo
las dos más grandes casas de remates del mundo, Sotheby´s y Christie´s,
conspiraron para asegurarse ganancias mínimas de todo lo que pasaba por
sus manos, desde cuadros hasta joyas y muebles antiguos.
El libro es un detallado y jugoso relato de los tejes y manejes de las dos firmas
conocidas por sus subastas multimillonarias de pinturas, diamantes, esmeraldas
y otras posesiones de ricos y famosos. En esta investigación que le demandó
2.400 entrevistas a 300 personas durante dos años y medio, Mason hilvana
una historia de glamour y avaricia donde ambas casas conspiran para fijar precios
entre bambalinas.
El autor comienza por explicar que los objetos valiosos llegan a las casas de
remate por "muerte, divorcio o deudas." Que los dueños de los
objetos quieren dinero en efectivo. Que desde sus orígenes, tanto Sotheby´s
(fundada en 1744) como Christie´s (fundada en 1766) competían entre sí
para atraer a los clientes más interesantes. Que desde siempre las ganancias
de ambas provenían de las comisiones cobradas al vendedor.
Pero en años más recientes la gran competencia entre las dos casas
por conseguir grandes colecciones que las llevaran a los titulares de los diarios,
fue haciendo que una y otra redujeran hasta llevar a cero la comisión que
reciben del vendedor. También – y siempre con ánimo de disputarse
clientes — comenzaron a prometerles garantías sobre la ganancia a obtener
y otros atractivos. Eso significaba que Sotheby´s y Christie´s debían compensar
sus comisiones perdidas con las que cobran a vendedores más pequeños
o con las cobradas a los compradores.
En 1994 se reunieron en Londres Sir Anthony Tennant, presidente de Christie´s
desde 1992, y Alfred Taubman, presidente de Sotheby´s para tratar de mejorar la
rentabilidad de ambas casas de subastas. Se supone que fue entonces que decidieron
dejar de negociar la comisión al vendedor y tomar una serie de medidas
para aumentar la rentabilidad de ambas casas de subastas. A partir de allí,
se multiplican los nombres de los involucrados. Entre los muchos actores en este
drama figuran Diana "Dede" Brooks, CEO de Sotheby´s, y Christopher Davidge,
CEO de Christie´s, quienes aparentemente eran los encargados de "trabajar
sobre los detalles" de las comisiones.
En 1995, cuando se produjo una grave caída en el mercado del arte, ambos
ejecutivos pusieron en marcha el tema comisiones y además confeccionaron
una escala de porcentajes no negociables según el tamaño del lote
en consignación. Las ganancias aumentaron para ambas, especialmente cuando
en los dos años siguientes se produjo el resurgimiento del mercado.
John J. Greene, fiscal del Departamento de Justicia de Estados Unidos supo de
esta connivencia entre Sotheby´s y Christie´s pero no tenía cómo
probarla. Hasta que en 1998 entra a Christie´s, con mayoría accionaria,
el multimillonario francés Francois Pinault (dueño de Samsonite,
entre otros). Al poco tiempo Pinault echa a Davidge, que había trabajado
en Christie´s durante 34 años, 10 de ellos como CEO.
Las razones que expuso fueron que Davidge se preocupaba más por su propio
lujo personal que por mejorar el negocio. Se negaba, además, a pagarle
indemnización. Davidge decidió sacar un as de la manga y utilizar
la información que tenía anotada sobre los acuerdos de precios entre
ambas casas para demostrar que Tennant (Sotheby´s) había sido el iniciador
de la idea. Sus abogados usaron esas notas para conseguir un acuerdo con los fiscales
de estado (eran la única evidencia concreta de la confabulación)
y para lograr el pago de su indemnización.
Así comenzó un juicio que hizo trizas varias carreras y reputaciones.
Dede Brooks debió renunciar a su cargo de CEO de Sotheby´s y aceptó
testificar contra Taubman. Fue sentenciada a seis meses de arresto domiciliario
y tres años de libertad condicional. Taubman, de 78 años y con una
larga reputación de honestidad en sus negocios, terminó preso.
The Art of the Steal: Inside the Sotheby´s-Christie´s Auction House Scandal
Christopher Mason
Mason, veterano analista del mundo del arte, se esfuerza por separar los chicos
más malos de los menos malos en esta historia. Cuenta allí cómo
las dos más grandes casas de remates del mundo, Sotheby´s y Christie´s,
conspiraron para asegurarse ganancias mínimas de todo lo que pasaba por
sus manos, desde cuadros hasta joyas y muebles antiguos.
El libro es un detallado y jugoso relato de los tejes y manejes de las dos firmas
conocidas por sus subastas multimillonarias de pinturas, diamantes, esmeraldas
y otras posesiones de ricos y famosos. En esta investigación que le demandó
2.400 entrevistas a 300 personas durante dos años y medio, Mason hilvana
una historia de glamour y avaricia donde ambas casas conspiran para fijar precios
entre bambalinas.
El autor comienza por explicar que los objetos valiosos llegan a las casas de
remate por "muerte, divorcio o deudas." Que los dueños de los
objetos quieren dinero en efectivo. Que desde sus orígenes, tanto Sotheby´s
(fundada en 1744) como Christie´s (fundada en 1766) competían entre sí
para atraer a los clientes más interesantes. Que desde siempre las ganancias
de ambas provenían de las comisiones cobradas al vendedor.
Pero en años más recientes la gran competencia entre las dos casas
por conseguir grandes colecciones que las llevaran a los titulares de los diarios,
fue haciendo que una y otra redujeran hasta llevar a cero la comisión que
reciben del vendedor. También – y siempre con ánimo de disputarse
clientes — comenzaron a prometerles garantías sobre la ganancia a obtener
y otros atractivos. Eso significaba que Sotheby´s y Christie´s debían compensar
sus comisiones perdidas con las que cobran a vendedores más pequeños
o con las cobradas a los compradores.
En 1994 se reunieron en Londres Sir Anthony Tennant, presidente de Christie´s
desde 1992, y Alfred Taubman, presidente de Sotheby´s para tratar de mejorar la
rentabilidad de ambas casas de subastas. Se supone que fue entonces que decidieron
dejar de negociar la comisión al vendedor y tomar una serie de medidas
para aumentar la rentabilidad de ambas casas de subastas. A partir de allí,
se multiplican los nombres de los involucrados. Entre los muchos actores en este
drama figuran Diana "Dede" Brooks, CEO de Sotheby´s, y Christopher Davidge,
CEO de Christie´s, quienes aparentemente eran los encargados de "trabajar
sobre los detalles" de las comisiones.
En 1995, cuando se produjo una grave caída en el mercado del arte, ambos
ejecutivos pusieron en marcha el tema comisiones y además confeccionaron
una escala de porcentajes no negociables según el tamaño del lote
en consignación. Las ganancias aumentaron para ambas, especialmente cuando
en los dos años siguientes se produjo el resurgimiento del mercado.
John J. Greene, fiscal del Departamento de Justicia de Estados Unidos supo de
esta connivencia entre Sotheby´s y Christie´s pero no tenía cómo
probarla. Hasta que en 1998 entra a Christie´s, con mayoría accionaria,
el multimillonario francés Francois Pinault (dueño de Samsonite,
entre otros). Al poco tiempo Pinault echa a Davidge, que había trabajado
en Christie´s durante 34 años, 10 de ellos como CEO.
Las razones que expuso fueron que Davidge se preocupaba más por su propio
lujo personal que por mejorar el negocio. Se negaba, además, a pagarle
indemnización. Davidge decidió sacar un as de la manga y utilizar
la información que tenía anotada sobre los acuerdos de precios entre
ambas casas para demostrar que Tennant (Sotheby´s) había sido el iniciador
de la idea. Sus abogados usaron esas notas para conseguir un acuerdo con los fiscales
de estado (eran la única evidencia concreta de la confabulación)
y para lograr el pago de su indemnización.
Así comenzó un juicio que hizo trizas varias carreras y reputaciones.
Dede Brooks debió renunciar a su cargo de CEO de Sotheby´s y aceptó
testificar contra Taubman. Fue sentenciada a seis meses de arresto domiciliario
y tres años de libertad condicional. Taubman, de 78 años y con una
larga reputación de honestidad en sus negocios, terminó preso.
The Art of the Steal: Inside the Sotheby´s-Christie´s Auction House Scandal
Christopher Mason