<p>Singapur ha sido siempre algo así como la hermanastra desaliñada de la moda asiática. Hoy, sin embargo, ya ocupa el octavo lugar en el ranking de capitales de la moda mundial.</p>
<p>No hace mucho la marca británica de calzado George Cleverley cargó baúles con sus mercancías y los llevó a Singapur para hacer un experimento en venta directa. Su propósito era probar las aguas, porque la ciudad del sudeste asiático no es un centro donde la gente gaste plata para comprar zapatos exclusivos. El calzado que prefieren los locales son las chancletas. El equipo que llevó Cleverley alquiló una suite en un gran hotel y la llenó de whisky y zapatos de diseño, hechos en cueros exóticos, algunos con gruesos ribetes de goma Goodyear con precios queno inferiores a varios miles de libras. La gente concurrió, miró, bebió ….. y compró. Lo insólito fue que Cleverley dijo luego que vendió más zapatos en un día en esa venta directa que cualquier otro día en sus 53 años de historia. <br />
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“Hasta hace dos o tres años, no había pasado nada importante en la escena de moda en Singapur”, dice Jean-Baptiste Debains, presidente de Louis Vuitton Asia Pacífico, especialmente cuando se la compara con Hong Kong y Tokyo, con su abundancia de grandes marcas y actualizada moda callejera. <br />
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Pero ahora Singapur ya no es aquel lugar donde las escasas opciones de venta minorista alimentaban un pueblo que se sentía cómodo en ropa playera. Ya se ha convertido en un centro donde se suceden uno tras otro los eventos importantes del negocio de la moda. La última primavera fue sede de la única semana dedicada a moda masculina que existe fuera de Europa. En octubre le siguió la única semana de alta costura fuera de París. En agosto el Global Language Monitor la colocó en el octavo puesto de la lista de capitales mundiales de la moda, delante de Tokio y Roma. Y cuando H&M abrió su boutique en Singapur en septiembre, más de 1.500 personas hacían cola para entrar. Y cuando Louis vuitton inauguró en septiembre su quinta tienda en la ciudad con un pabellón de cristal de cuatro pisos, trajo a estrellas de la talla de Cate Blanchett y el ex futbolista japonés Hidetoshi Nakata.<br />
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Hasta la ropa clásica de hombre se está vendiendo bien. Recordemos que Singapur es una isla con un clima que poco favorece la vestimenta de saco y corbata. Gerald Shen de Vanda Fine Clothing, un mercero que fabrica a mano pañuelos y corbatas con ribetes enrollados y con telas de la más fina calidad, vendió toda su colección en un mes. <br />
“Definitivamente le ha llegado el momento a Singapur,” dice Frank Cintamani, director ejecutivo de la marca Fidé Living, quien presidió la semana de alta costura y la semana de la moda masculina. <br />
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El surgimiento de la industria de la moda en Singapur puede atribuirse a una población cada vez más grande de de gente con mucho dinero para gastar. Según el Boston Consulting Group, Singapur tiene la mayor concentración de millonarios del mundo. Sus cifras dicen que 15,5 % de todas las familias que habitan allì tienen activos superiores al millón de dólares. <br />
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“De los ocho modistos que vinieron, cuatro encontraron inversores y otros tres tendrán distribuidores” dice Cintamani, aclarando que todos ellos tienen ya pedidos colocados. Uno de esos diseñadores es el francés Stéphane Rolland, cuyos vestidos se venden desde €35,000.<br />
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Otra razón para el crecimiento, según Debains, es el gran número de visitantes atraídos por los complejos de hospitalidad manejados por operadores de casinos Las Vegas Sands y Resorts World. “Ha reforzado el atractivo de Singapur y lo ha convertido en un destino turístico,” dice.</p>
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Singapur, de ciudad playera a centro mundial de la moda
La isla y ciudad-estado situada en la península de Malasia no es, por tradición un lugar donde se venere la alta costura. Sin embargo, de unos años a esta parte, se produjo la transformación incentivada por la cantidad de población millonaria y la afluencia en masa de turismo internacional.