En la próxima década, alguna forma de cannabis formará parte de las rutinas de los consumidores: como un ingrediente funcional en alimentos, bebidas y belleza o como un potenciador del bienestar personal.
A diferencia de otras industrias, el cannabis experimentó un crecimiento significativo como resultado de la pandemia de COVID-19. A nivel global tuvo un crecimiento del 48% y se estima que siga creciendo a tasas aceleradas en los próximos años, generando nuevos empleos y oportunidades comerciales.
En Argentina, de acuerdo con una encuesta de Kantar realizada entre 1000 adultos de todo el país, un 55% está de acuerdo con la legalización del cannabis. Esto es más marcado entre mujeres y los menores de 35 años, donde la aprobación llega al 58%. ¿Por qué nos interesa tanto el tema? Porque está alineado a macrotendencias y valores contemporáneos que moldean los comportamientos de las personas: BIENESTAR + SUSTENTABILIDAD, favorecer el consumo de aquello que es “bueno para mi” y “bueno para el planeta”.
Las redes sociales son un canal de expresión acerca del tema, y el 71% de las conversaciones sobre la legalización son positivas, mientras que el sentimiento positivo alcanza al 54% de las conversaciones sobre el uso medicinal de derivados del cannabis.
El uso del cannabis empieza a romper estereotipos, ya el 46% de las personas no limita su asociación a un segmento de la población en particular, y su uso se relaciona mayormente con lo medicinal (83%) por encima del uso meramente recreativo (49%). Más del 80% de los argentinos considera que el consumo futuro se enfocará en el alivio de los dolores físicos y emocionales.
“Cuando hablamos de cannabis, la gente ya no se queda con la imagen del rastafari fumando. Sale de lo clandestino y se empieza a ver como algo natural, que tiene múltiples propiedades y usos para distintos tipos de personas”, según explica Gabriela Portantiero, directora de estudios cualitativos de Kantar.
Mientras en nuestro país se acelera la discusión sobre el estatuto legal de cannabis y su rol en la matriz productiva local, en varios países del mundo ya hay compañías lanzando productos basados en cannabis en distintas industrias: cosméticos, bebidas energéticas y funcionales, alimentos para mascotas, snacks, chocolates. El potencial de desarrollo es muy prometedor, por eso el Ministerio de Desarrollo productivo estima ventas por 500 millones de dólares para los próximos 5 años. Las marcas tienen la oportunidad de explorar las posibilidades de uso en su industria con una mirada estratégica y entender cómo tienen que comunicar los beneficios del producto a sus consumidores.