<p>Entre otras actividades, el estudio realizó el seguimiento de 14 personas sanas durante la proyección de dos películas muy diferentes. Los participantes fueron divididos en dos grupos: uno vio una película angustiante y el otro, una muy graciosa. Durante todo el estudio los científicos medían la presión sanguínea de los participantes y les tomaban la presión después de la proyección de cada película. A partir de dichas muestras, establecieron los niveles en sangre de dos hormonas relacionadas con el apetito: leptina y grelina.</p>
<p>Cuando compararon los niveles de esas hormonas antes y después de la visualización de las películas, descubrieron que los voluntarios que vieron las películas angustiantes no mostraban cambio significativo en dichos niveles. Pero, por el contrario, los niveles de leptina y grelina en sangre de las personas que habían visto la película humorística, sí se habían visto modificados: el nivel de leptina se había reducido y el de grelina había aumentado, que es el mismo efecto que provoca el ejercicio físico moderado, a menudo se ha asociado con el incremento del apetito. <br />
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Reírse es bueno para la salud
La risa provoca el mismo efecto que el ejercicio físico moderado. Abre el apetito, reduce el estrés y refuerza el sistema inmunológico. El último estudio la relaciona con el ejercicio físico.