¿Qué opina la ciencia sobre dinero y felicidad?

Si bien la  tradición dice que el dinero no compra felicidad, la realidad muestra que puede comprar un mejor nivel de vida. Las últimas investigaciones tratan de desentrañar cuándo la ambición financiera es sensata y cuándo es malsana.

11 mayo, 2016

La mayoría de nosotros vive buscando más ingresos porque teóricamente eso va a aumentar la felicidad y bienestar de nuestra familia. Pero si ese dinero adicional no tiene esa consecuencia, ¿Por qué no irnos a pescar, leer un libro o hacer una salida de noche?

Una enorme cantidad de economistas y otros investigadores están tratando  de desentrañar esta espinosa cuestión.

Un sitio que se llama “Site 8.000 horas”, dedicado a ayudar a la gente a tomar decisiones racionales  sobre la mejor manera de vivir su vida profesional hizo algunos descubrimientos fascinantes. Algunos de ellos son los siguientes:

Los economistas han determinado bastante bien que en lo que se refiere a las grandes mediciones de satisfacción vital, cuanto mejor estemos financieramente,  más probabilidades hay de que estemos satisfechos con nuestra suerte. Eso lo demuestran encuestas realizadas en 150 países. La gente más rica vive más satisfecha.

Pero advierten que a medida que la gente se va haciendo rica va necesitando cada vez más dinero para estar feliz. A quien gana poco, duplicar su salario lo lleva a la felicidad, pero quien gana mucho necesita muchísimo más para lograr el mismo grado de felicidad.

Si bien el dinero parece ir de la mano con más satisfacción en la vida, cuando hablamos de felicidad momento a momento la cosa es diferente. Claro que el dinero nos permite tocar el cielo con las manos tomando un daiquiri en una paradisíaca playa caribeña, pero la relación entre ingresos y felicidad diaria es mucho más débil.

¿Por qué? La causas posibles son muchas, pero en general, la gente que gana mucho dinero  está en actividades que exigen mucho y no les permiten disfrutar de un cafecito con un amigo. Manejar un negocio no te hace feliz día a día del mismo modo que ver a un amigo o comer un chocolate, pero probablemente aumente nuestro sentido de satisfacción general.

La investigación lo resume así: usted aprovecha las mejores oportunidades para invertir primero en su felicidad, entonces  a medida que va logrando más dinero, se vuelve más difícil comprar más felicidad. Al final el efecto de ingreso adicional de felicidad se vuelve  insignificante con relación a otros factores”.

Entonces, hablando científicamente, ¿cuándo debería uno ponerle freno a los esfuerzos por ganar más?  ¿Hay una cifra específica? Según la investigación hay un “número mágico”, y la sorpresa es que es bastante bajo.

“Si usted ya gana más de US$40.000 al año, necesita ganar otros US$40.000 al año para lograr apenas 0,5 en una escala de uno a diez de satisfacción de vida. Sin embargo, el efecto en la felicidad cotidiana  es muy poco o nulo. Eso es mucho ingreso para poca ganancia en el otro aspecto”, dicen los investigadores.

No obstante, los investigadores insisten. Hay muchas buenas razones para trabajar con entusiasmo luego de haber logrado un ingreso moderado y cómodo, pero en general, una vez que se ha logrado ganar más de US$ 40.000 al año no conviene dedicarse a tratar de ganar más. Conviene en cambio, dedicarse a  buscar satisfacciones.

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