En una muestra cabal de su preocupación por el estado de la economía del país, la Reserva Federal de EE. UU. volvió a bajar ayer (jueves 4) la tasa de interés de redescuento a los bancos en un cuarto de punto.
La medida llegó un día después de que Alan Greenspan, titular de la Reserva, resolvió recortar esa misma tasa en un porcentaje similar y la tasa de los bonos de largo plazo en medio punto.
Los temores por una eventual recesión (más que una desaceleración, como se pensaba hasta ahora) en la economía norteamericana alcanzaron al propio George W. Bush.
Próximo a asumir la presidencia de Estados Unidos manifestó estar “preocupado por las noticias económicas en el corto plazo”.
Bush se reunió ayer con altos ejecutivos de empresas de alta tecnología, ante quienes se mostró partidario de acelerar la instrumentación de su plan para reducir impuestos en US$ 1.300 billones.
Si bien los inversores recibieron la baja de las tasas con un entusiasmo desbordante, como lo mostró el alza de las cotizaciones bursátiles anteayer, algunos piensan también que esta decisión revela una mayor preocupación de la Fed en cuanto a los riesgos de recesión.
“Esto muestra que Alan Greenspan está considerablemente más preocupado sobre la salud de la economía que la mayoría de los otros economistas”, declaró Alan Blinder, profesor de economía de la Universidad de Princeton y ex vicepresidente de la Fed.
“Esta baja de las tasas es una medida preventiva contra los riesgos de una desaceleración demasiado fuerte, incluso de recesión de aquí al otoño próximo”, estimó Ken Goldstein, economista del instituto de coyuntura Conference Board. Una baja de las tasas necesita de seis a nueve meses para hacerse sentir en la economía, subrayó.
En una muestra cabal de su preocupación por el estado de la economía del país, la Reserva Federal de EE. UU. volvió a bajar ayer (jueves 4) la tasa de interés de redescuento a los bancos en un cuarto de punto.
La medida llegó un día después de que Alan Greenspan, titular de la Reserva, resolvió recortar esa misma tasa en un porcentaje similar y la tasa de los bonos de largo plazo en medio punto.
Los temores por una eventual recesión (más que una desaceleración, como se pensaba hasta ahora) en la economía norteamericana alcanzaron al propio George W. Bush.
Próximo a asumir la presidencia de Estados Unidos manifestó estar “preocupado por las noticias económicas en el corto plazo”.
Bush se reunió ayer con altos ejecutivos de empresas de alta tecnología, ante quienes se mostró partidario de acelerar la instrumentación de su plan para reducir impuestos en US$ 1.300 billones.
Si bien los inversores recibieron la baja de las tasas con un entusiasmo desbordante, como lo mostró el alza de las cotizaciones bursátiles anteayer, algunos piensan también que esta decisión revela una mayor preocupación de la Fed en cuanto a los riesgos de recesión.
“Esto muestra que Alan Greenspan está considerablemente más preocupado sobre la salud de la economía que la mayoría de los otros economistas”, declaró Alan Blinder, profesor de economía de la Universidad de Princeton y ex vicepresidente de la Fed.
“Esta baja de las tasas es una medida preventiva contra los riesgos de una desaceleración demasiado fuerte, incluso de recesión de aquí al otoño próximo”, estimó Ken Goldstein, economista del instituto de coyuntura Conference Board. Una baja de las tasas necesita de seis a nueve meses para hacerse sentir en la economía, subrayó.