Pero, al fin de cuentas ¿dónde desembarcó Ulises?

Se sabía que Homero nunca existió o, alternativamente, fueron varios. Ahora, parece que la Itaca verdadera no estaba donde la ponen los mapas desde hace siglos.

18 octubre, 2006

Con el permiso del gobierno griego, geólogos británicos investigan sobre la ubicación real de la isla que gobernaron Laertes y su hijo Ulises (Odiseo). El inglés Robert Bittlestone y el escocés James Diggle están seguros de que Itaca no estaba –como se ve hoy- entre Cefalonia y la costa, sino en el extremo contrario, es decir mirando a occidente.

Esa vera Itaca esa un isla casi pegada al noroeste de Cefalonia. Una serie de movimientos sísmicos a partir del siglo –VI (antes de la era común) fue depositando detritos hasta soldarla a su vecina mayor. Hoy es la península de Paliki, poco más grande que la falsa Itaca y de rasgos físicos iguales.

Pruebas geológicas revelan, en efecto, que Paliki era una isla en los tiempos heroicos helenos, alrededor de los siglos –XIII y –XII, cuando cayó la sexta Troya. A diferencia de los dioses, existen indicios de que Ulises fue un personaje histórico, aunque tal vez no del todo griego: por entonces, las islas occidentales estaban colonizadas por minoicos o cretomicénicos. Por el contrario, está claro que “Homero” es un personaje colectivo y sus dos largos poemas fueron armándose entre los siglos –IX y –VII y recién se escribieron en el -V.

Sea como fuere, la Odisea describe “la pedregosa Itaca, una isla abrupta que mira hacia el mar lejano, hacia el crepúsculo”. Precisamente, la posición de Paliki, pues “Itaca” mira hacia la costa helena, al este. El propio viajero explica que habita “la serena Itaca. Mientras las restantes dan a oriente y mediodía, ella escapa del continente”.

El origen del equívoco es obvio. Hasta alrededor de 700 antes de la e.c., había una isla, luego soldada por movimientos sísmicos. Para entonces, el poema había adoptado su forma más o menos final. Mas los hechos de la Odisea datan de varios siglos antes y los mapas modernos recién aparecen después del Renacimiento. Corolario: la isla ya no existía e Itaca fue desplazada al otro lado de Cefalonia. Como sucederá mucho tiempo con el antiguo Testamento, la geografía homérica no se tomaba muy en serio y lord Byron murió seguro de haber pisado la isla de Ulises.

Con el permiso del gobierno griego, geólogos británicos investigan sobre la ubicación real de la isla que gobernaron Laertes y su hijo Ulises (Odiseo). El inglés Robert Bittlestone y el escocés James Diggle están seguros de que Itaca no estaba –como se ve hoy- entre Cefalonia y la costa, sino en el extremo contrario, es decir mirando a occidente.

Esa vera Itaca esa un isla casi pegada al noroeste de Cefalonia. Una serie de movimientos sísmicos a partir del siglo –VI (antes de la era común) fue depositando detritos hasta soldarla a su vecina mayor. Hoy es la península de Paliki, poco más grande que la falsa Itaca y de rasgos físicos iguales.

Pruebas geológicas revelan, en efecto, que Paliki era una isla en los tiempos heroicos helenos, alrededor de los siglos –XIII y –XII, cuando cayó la sexta Troya. A diferencia de los dioses, existen indicios de que Ulises fue un personaje histórico, aunque tal vez no del todo griego: por entonces, las islas occidentales estaban colonizadas por minoicos o cretomicénicos. Por el contrario, está claro que “Homero” es un personaje colectivo y sus dos largos poemas fueron armándose entre los siglos –IX y –VII y recién se escribieron en el -V.

Sea como fuere, la Odisea describe “la pedregosa Itaca, una isla abrupta que mira hacia el mar lejano, hacia el crepúsculo”. Precisamente, la posición de Paliki, pues “Itaca” mira hacia la costa helena, al este. El propio viajero explica que habita “la serena Itaca. Mientras las restantes dan a oriente y mediodía, ella escapa del continente”.

El origen del equívoco es obvio. Hasta alrededor de 700 antes de la e.c., había una isla, luego soldada por movimientos sísmicos. Para entonces, el poema había adoptado su forma más o menos final. Mas los hechos de la Odisea datan de varios siglos antes y los mapas modernos recién aparecen después del Renacimiento. Corolario: la isla ya no existía e Itaca fue desplazada al otro lado de Cefalonia. Como sucederá mucho tiempo con el antiguo Testamento, la geografía homérica no se tomaba muy en serio y lord Byron murió seguro de haber pisado la isla de Ulises.

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