Vuelve el glamour de este estilo de viaje clásico, con una experiencia de hotel de lujo: cabinas con comodidades de alta calidad y comida en el restaurante del tren con el máximo nivel y confort, según detalla un informe de la consultora Trendsity.
La experiencia está procurando volver a otra concepción del tiempo y los viajes. En los trayectos que así lo permiten – por ejemplo desde París a Edimburgo, Roma, Madrid y Berlín – la búsqueda es la de un enfoque más considerado del tiempo y el rescate de un “slow traveling” donde la velocidad ceda lugar al placer del disfrute lento del paisaje.
Pero además, todas estas nuevas empresas están tratando de sintonizar con experiencias más ecológicas, menos estresantes y más placenteras y son compatibles con otro enfoque de los viajes, de tiempos donde el turismo se vivía con menos prisa y quizás, con un goce más dedicado.