Nanotecnología y medicina: aquel viaje fantástico se hace realidad
Una vez más, se comprueba que la ciencia imita a la ciencia ficción. O al revés, la ciencia ficción le muestra a la ciencia los caminos por donde avanzar. En la universidad de Tel Aviv han desarrollado submarinos nanométricos para transportar medicamentos a los lugares enfermos del cuerpo humano.
26 enero, 2009
<p>Los memoriosos – o los que tengan más de 50 años – recordarán aquella película de ciencia ficción llamada “Viaje fantástico” ambientada en la época de la guerra fría. En ella, Un político portador de información ultra secreta recibe un balazo en la cabeza y se encuentra al borde de la muerte. Como la bala está alojada en un lugar inaccesible del cerebro, la única manera de salvarlo – y de recuperar la información que posee – es por el interior de su cuerpo. Miniaturizan entonces un submarino tripulado por médicos (y también también el consabido traidor) para que, viajando a través del torrente sanguíneo, llegue a la herida y la cauterice con rayo láser.<br />
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Desde aquella película de 1966, los médicos sueñan con un verdadero viaje fantástico, o sea, un vehículo médico lo suficientemente pequeño como para navegar por el cuerpo y arreglar las células enfermas que encuentre. Gracias a una nueva investigación a cargo de científicos de la Universidad de Tel Aviv, la realidad podría llegar en sólo tres años más. Los planos del submarino y el mapa del probable viaje inaugural fueron publicados en los primeros días de este año por el doctor Dan Peer, quien está a cargo del equipo investigador en el Departamento de investigación celular e inmunología. En los próximos meses el equipo hará un experimento en el cual la “máquina” real viajará por cuerpos humanos. <br />
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“Estamos creando nano-máquinas biológicas que pueden dirigirse a células específicas. De hecho, podemos alcanzar cualquier proteína que provoque enfermedades o desórdenes en el cuerpo humano. Este nuevo invento trata la fuente del problema, no los síntomas”, explican los científicos. </p>
<p>Estas máquinas operan como un sistema GPS, para localizar las células dañadas. Por ejemplo, si se quiere tratar la enfermedad de Crohn (mal crónico autoinmune que provoca que el sistema inmunológico ataque al intestino de los enfermos), el submarino nanométrico buscará células súper reactivas del sistema inmunológico en los intestinos para distribuir el medicamento. </p>
<p>Lo mismo harían estas estructuras con las células cancerígenas. La ventaja de un sistema de aplicación de medicinas de manera tan específica es que deja intactas las células sanas, aseguran los investigadores. Diversas compañías farmacéuticas han mostrado ya interés por este sistema, que en realidad es una imitación del método que sigue el propio cuerpo humano para protegerse a sí mismo contra los virus.<br />
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