Mitos y realidades sobre el sueño
Hay una serie de creencias que circulan en las familias y entre amigos que adoptamos o ignoramos según lo que más nos convenga o lo que más nos guste. Aquí, algunas comprobaciones clínicas.
Mito1: Dormir una hora menos por noche no afecta nuestro funcionamiento durante el día.
Tal vez no se note, pero perder incluso una hora de sueño puede afectar nuestra capacidad para pensar bien y responder con rapidez. También compromete la salud cardiovascular, equilibrio energético y la capacidad para combatir infecciones.
Mito 2: El cuerpo de adapta a diferentes horarios de sueño.
La mayoría de las personas pueden reprogramar su reloj biológico, pero solo mediante señales bien calculadas, e incluso en esos casos, en una o dos horas como máximo. En consecuencia puede llevar más de una semana adaptarse a otras zonas horarias después de un viaje.
Mito 3: Durmiendo más horas de noche se pueden curar problemas de fatiga extrema durante el día.
La cantidad de sueño es importante, pero es la calidad del sueño lo que realmente importa. Algunos duermen ocho o nueve horas pero no sesienten bien descansados cuando se despiertan porque la calidad del sueño no es buena.
Mito 4: Se puede recuperar sueño perdido durante la semana durmiendo más el sábado y domingo.
Aunque los patrones de sueño alivian en parte la deuda de sueño, no subsanan la carencia de horas dormidas. Más aun, dormir más tarde durante los fines de semana puede afectar el ciclo sueño-vigilia de modo que se hace más difícil dormirse a la hora adecuada los domingos a la noche y levantarse temprano el lunes.
La falta crónica de sueño tiene una amplia gama de efectos negativos que van más allá de la soñolencia durante el día. Afecta la capacidad para razonar, la coordinación y los tiempos de reacción, Hay quienes la comparan con la borrachera.
