Mishiguene nace como resultado de la unión de dos profesionales de la gastronomía; un empresario (Javier Ickowicz, fundador de Nucha) y un cocinero (Tomás Kalika). Lo que los motivó fue la intención de revalorizar la cocina de nuestras madres, abuelas y bisabuelas, la que trajeron de Europa y de Oriente medio. Es la cocina que nos crío y acobijo por siempre, “como ese caldo de pollo que supo reconfortar el alma”, señala Kalika.
La cantina abrirá en breve en el barrio de Palermo (Lafinur 3368) y revalorizará la tradicional comida de los inmigrantes judíos llegados de Europa y Oriente medio.
“Los varenikes de la bobe serán irrepetibles, pero estamos convencidos que podemos sorprender con una perspectiva nueva sobre esas antiguas recetas”, expresó Tomás Kalika.
Mishiguene significa “loco o desvariado”, y justamente representa la nueva propuesta: una cantina divertida, excéntrica, que trae a la memoria sabores intensos del pasado con notas contemporáneas. En definitiva, una experiencia culinaria para volverse loco.