La campaña fue iniciada por Susan Ingram en el sitio web 38 Degrees. Considera que la perforación de orejas es una forma de crueldad infantil y pide a Edward Timpson, ministro británico de niños y familias, que se haga cargo del tema. La petición dice que “se provoca innecesariamente dolor y temor a las infantes y que la práctica no tiene otro propósito que satisfacer la vanidad de los padres. Si otras prácticas de causar daño a los niños son ilegales, ésta no debería ser diferente”.
Ingram pide allí a Timpson que fije una edad mínima como requisito para los piercings. Mark Tami, laborista Miembro del Parlamento está decidido a plantear el tema en la Casa de los Comunes. “Si permitiéramos a los padres hacer otras cosas en la cara de sus hijos, como tatuajes, por ejemplo, eso sería espantoso, pero aunque la perforación en la oreja puede cerrarse con el tiempo, igualmente puede distorsionar su forman en la piel y en el músculo”, dijo.
Sin embargo, Tami admite que lo difícil es decidir cuál es la edad apropiada. “Ciertamente un bebé o una niña no tienen la oportunidad de dar su consentimiento para que le perforen las orejas”.
No obstante, debajo de la petición de Susan Ingram en 38 Degrees, mucha gente escribió comentarios a favor de la tradicional práctica. Tim Ballard, vicepresidente del Colegio Real de Médicos Generalistas, dice que, en la gran mayoría de los casos, es muy improbable que perforar el lóbulo de bebas y pequeñitas cause daño duradero. Pero eso, aclara, no quiere decir que no provoque dolor durante y después de la perforación. “Yo preferiría sugerir que la decisión quede en las manos de los padres. Pero si lo hacen, que se haga como corresponde, en condiciones apropiadas de higiene y por parte de una persona debidamente calificada para eso”.