GW es el único laboratorio farmacéutico en el mundo que ya vende por receta un medicamento derivado de la planta de marihuana en contraposición a equivalentes sintéticos. La droga, un spray nasal llamado Sativex, ya fue aprobado por organismos reguladores en ocho países para tratar espasmos asociados con la esclerosis múltiple. Todavía está pendiente la aprobación de la FDA de Estados Unidos.
La compañía proyecta lanzar este año una segunda etapa de pruebas clínicas de una droga también hecha a base de cannabis que ha mostrado buenos resultados en el tratamiento de la diabetes tipo 2. La droga, con un nombre imposible — tetrahydrocannabivarin-9 – mejoró la producción de insulina y ayudó a los pacientes a bajar el nivel de azúcar en sangre entre comidas.
Si bien la idea de usar una planta viva puede tener un gran atractivo de marketing, en realidad GW Pharma “tiene que purificar tanto los químicos qye es casi un hecho secundario que estén usando cannabis como fuente”, dice Sam Fazeli, analista jefe de Bloomberg Industries en Londres.
Aunque la droga contra la diabetes tiene la posibilidad de convertirse en el primer gran éxito de ventas de GW, también va a toparse con grandes obstáculos regulatorios. Uno de ellos es la posibilidad de que podría bloquear los receptores en el cuerpo que generalmente liberan las sensaciones de placer y de aumento del apetito generalmente asociadas con el fumar marihuana. La francesa Sanofi desarrolló una droga antiobesidad llamada Acomplia que actuaba bloqueando esos receptores pero tuvo que retirarla del mercado cuando se descubrió que provocaba altas tasas de depresión y suicidios.