El tránsito en Bangkok es endemoniado, especialmente en tiempos de vacaciones. Los embotellamientos son interminables y las motos zigzaguean entre los autos casi siempre sin con conductores sin casco.
Tailandia es uno de los países con mayor tasa de mortalidad por accidentes viales , con más de 11,000 muertes viales por año, la mayor parte formada por motorizados. Como muchas de esas muertes se producen porque la gente no usa casco el gobierno viene luchando desde hace años por concientizar a la población. El 2010 fue declarado “el año del casco”. Ahora saca una campaña para enfatizar los peligros de manejar desprotegidos. Todo es parte de una gran campaña cuyo fin último es reducir las muertes viales, pero con poco resultado.
Solamente 47% de los que manejan una moto usan casco. Hay que recordar que en Tailandia la moto es una gran solución al tremendo problema de tránsito, de manera que es mucha la gente que se expone diariamente a la muerte si no toma precauciones.
El transporte público es insuficiente y malo, las ciudades no han sido diseñadas con la seguridad como prioridad y el volumen de automóviles en las rutas es tremendo porque las licencias de conducir se sacan con mucha facilidad.
Este mes el gobierno ha sacado un programa piloto que llama “la vacuna del casco” tendiente a lograr 100% de uso de casco. El mensaje es que llevar casco es equivalente a vacunarse contra la muerte y la medida más eficaz para cuidar a los niños en las rutas.
Pero lo más interesante de todo esto es la pena: ni multa ni cárcel. En lugar de eso, los infractores deben manipular en la morgue, por determinado número de días, cadáveres de personas que murieron en accidentes viales. Tal vez ver rostros y cuerpos mutilados es un remedio mucho más eficaz que pagar o chuparse varios meses a la sombra.