Malas noticias para los gordos

Según dos investigaciones separadas que se dieron a conocer la semana pasada, el cerebro de algunas personas podría tener, desde el momento del nacimiento, circuitos defectuosos que ordenan al cuerpo a comer más.

“La buena noticia”, dice el médico investigador Richard Simerly, autor de uno de los trabajos, “es que por lo menos pueden tener la tranquilidad de que su voracidad no es producto de falta de voluntad”. and lead author of one of the reports in the publication Science. Los descubrimientos sostienen la idea de que todos nacen con un peso más o menos predeterminado.

El mecanismo que nos lleva a “no comer” es controlado por la leptina, una proteína producida por la grasa. Cuanta más grasa hay en el cuerpo, más señales de “no comer” son enviadas al cerebro. Sin embargo, algunos ratones, en laboratorio experimental, nacen con resistencia a la leptina. El cerebro se vuelve sordo a los mensajes de “no comer” y los ratones terminan volviéndose obesos.

En los humanos, la gente con sobrepeso tiende a tener niveles inusualmente altos de leptina en sus organismos, indicando una similar resistencia a la proteína.

Simerly espera que los descubrimientos ayuden a los investigadores a identificar y tratar a tiempo a los bebés resistentes a la leptina. Se trataría de corregir las conexiones cerebrales para reducir la posibilidad de obesidad en los años posteriores.

Simerly aclara, sin embargo, que la resistencia a la leptina no explica todos los casos de obesidad. “Las causas del sobrepeso son muy complejas y la proteína es simplemente uno de los causantes”.

“La buena noticia”, dice el médico investigador Richard Simerly, autor de uno de los trabajos, “es que por lo menos pueden tener la tranquilidad de que su voracidad no es producto de falta de voluntad”. and lead author of one of the reports in the publication Science. Los descubrimientos sostienen la idea de que todos nacen con un peso más o menos predeterminado.

El mecanismo que nos lleva a “no comer” es controlado por la leptina, una proteína producida por la grasa. Cuanta más grasa hay en el cuerpo, más señales de “no comer” son enviadas al cerebro. Sin embargo, algunos ratones, en laboratorio experimental, nacen con resistencia a la leptina. El cerebro se vuelve sordo a los mensajes de “no comer” y los ratones terminan volviéndose obesos.

En los humanos, la gente con sobrepeso tiende a tener niveles inusualmente altos de leptina en sus organismos, indicando una similar resistencia a la proteína.

Simerly espera que los descubrimientos ayuden a los investigadores a identificar y tratar a tiempo a los bebés resistentes a la leptina. Se trataría de corregir las conexiones cerebrales para reducir la posibilidad de obesidad en los años posteriores.

Simerly aclara, sin embargo, que la resistencia a la leptina no explica todos los casos de obesidad. “Las causas del sobrepeso son muy complejas y la proteína es simplemente uno de los causantes”.

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