jueves, 26 de diciembre de 2024

Los viejos, más felices que los jóvenes

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Algo bueno trae la vejez. Según un estudio reciente, la edad nos va enseñando a manejarnos mejor en la vida y a extraerle más felicidad que antes. El estudio muestra que se puede aprender mucho de los mayores porque ellos saben más sobre la vida.

El estudio de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, concluye que todo lo negativo que actualmente se atribuye a la vejez – decadencia física por dentro y por fuera – impide ver que esa etapa también trae sus ventajas. Los estudios fueron publicados por el Journal of Happiness Studies.

No sólo los jóvenes sino también los mismos ancianos suelen relacionar vejez con tristeza y decadencia aunque eso no suceda en la realidad. La investigación estudió a 540 adultos dividiéndolos en dos grupos: en uno puso a personas entre 21 y 40 años y en el otro a mayores de sesenta.

Todos debían evaluar su felicidad en ese momento, la de los 30 años y la de los 70. algunos debían predecirla, otros describirla, otros más recordarla. También debían explayarse sobre la felicidad que – a su criterio personal – tenía la gente a esas edades.

El director del trabajo, el psicólogo Peter Ubel, es un estudioso del tema y ha descubierto que la gente es a menudo sorprendentemente feliz hasta en condiciones muy desfavorables, lo que sugiere una adaptabilidad a problemas médicos o de otra índole. Ubel señala que la gente suele creer que la felicidad depende de nuestras circunstancias, y que si algo bueno ocurre, esto la garantizará a largo plazo, mientras que si sucede algo malo, la felicidad terminará. Sin embargo, el estado de felicidad sucede gracias a nuestros recursos emocionales subyacentes, que suelen aumentar según vamos cumpliendo años. Con la edad, aprendemos a manejar mejor las idas y venidas de la vida, por lo que, en la vejez, somos capaces de sentirnos más felices a pesar de que, objetivamente, hayamos entrado en la decadencia física.

Según declaraciones del profesor Ubel en el comunicado de la universidad de Michigan, el secreto para que seamos más felices en la vejez es muy sencillo: los tropiezos en la vida nos hacen más sabios, lo que provoca generalmente una mejoría en nuestras emociones.

Sea cuales fueren nuestras condiciones al nacer, el caso es que las experiencias a lo largo de la vida conllevan la adquisición de conocimiento, y eso nos hace más felices, incluso frente a la adversidad.

El recuerdo que solemos mantener de la juventud es el de las posibilidades que teníamos aún por descubrir, el de un cuerpo sin deterioros y el de las diversiones. Sin embargo, también hay que recordar que aún teníamos mucho por aprender sobre las emociones básicas, sobre nosotros mismos y a relacionarnos con los demás, etc..Es probable que con el devenir de los años nos resulte más fácil vivir que al principio de la vida, insiste Ubel.

El estudio de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, concluye que todo lo negativo que actualmente se atribuye a la vejez – decadencia física por dentro y por fuera – impide ver que esa etapa también trae sus ventajas. Los estudios fueron publicados por el Journal of Happiness Studies.

No sólo los jóvenes sino también los mismos ancianos suelen relacionar vejez con tristeza y decadencia aunque eso no suceda en la realidad. La investigación estudió a 540 adultos dividiéndolos en dos grupos: en uno puso a personas entre 21 y 40 años y en el otro a mayores de sesenta.

Todos debían evaluar su felicidad en ese momento, la de los 30 años y la de los 70. algunos debían predecirla, otros describirla, otros más recordarla. También debían explayarse sobre la felicidad que – a su criterio personal – tenía la gente a esas edades.

El director del trabajo, el psicólogo Peter Ubel, es un estudioso del tema y ha descubierto que la gente es a menudo sorprendentemente feliz hasta en condiciones muy desfavorables, lo que sugiere una adaptabilidad a problemas médicos o de otra índole. Ubel señala que la gente suele creer que la felicidad depende de nuestras circunstancias, y que si algo bueno ocurre, esto la garantizará a largo plazo, mientras que si sucede algo malo, la felicidad terminará. Sin embargo, el estado de felicidad sucede gracias a nuestros recursos emocionales subyacentes, que suelen aumentar según vamos cumpliendo años. Con la edad, aprendemos a manejar mejor las idas y venidas de la vida, por lo que, en la vejez, somos capaces de sentirnos más felices a pesar de que, objetivamente, hayamos entrado en la decadencia física.

Según declaraciones del profesor Ubel en el comunicado de la universidad de Michigan, el secreto para que seamos más felices en la vejez es muy sencillo: los tropiezos en la vida nos hacen más sabios, lo que provoca generalmente una mejoría en nuestras emociones.

Sea cuales fueren nuestras condiciones al nacer, el caso es que las experiencias a lo largo de la vida conllevan la adquisición de conocimiento, y eso nos hace más felices, incluso frente a la adversidad.

El recuerdo que solemos mantener de la juventud es el de las posibilidades que teníamos aún por descubrir, el de un cuerpo sin deterioros y el de las diversiones. Sin embargo, también hay que recordar que aún teníamos mucho por aprender sobre las emociones básicas, sobre nosotros mismos y a relacionarnos con los demás, etc..Es probable que con el devenir de los años nos resulte más fácil vivir que al principio de la vida, insiste Ubel.

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