Los dos fundadores de Berkshire Hathaway, Charlie Munger y Warren Buffett, tienen algo que decir sobre la lectura.
Ambos provienen de familias pobres devastadas por la gran depresiòn. Durante la adolescencia ambos ganaban dos dólares por día. Uno, vendiendo asa por casa goma de mascar y botellas vacías y el otro, criando y vendiendo hamsers. ¿Cómo se convirtieron en los inversores más exitosos de Estados Unidos? Leyendo mucho.
Buffett pasa 80% de su día con los libros y su amigo otro tanto. “Lean 500 páginas…cada día. Así funciona el conocimiento. Se va acumulando, como el interés compuesto.” El consejo de Munger para todos: “No importa dónde estés en la vida , continúa aprendiendo cosas y triunfarás”. Ambos multimillonarios atribuyen el éxito en la vida y en los negocios a la lectura.
Dicen que el emprendedor tecnológico Elon Musk aprendió a construir cohetes leyendo libros. Parece que en sudáfrica, cuando era niño, los otros niños se burlaban de él. Se refugió en los libros fantásticos y de ciencia ficción, que lo inspiraron para dejar algo suyo en el mundo.
Bill Gates, el hombre más rico del mundo fue una rata de biblioteca toda su vida, lee unos 50 libros al año, pero todos estrictamente no ficción. Si bien visita lugares y se encuentra con gente interesante, prefiere leer libros y adquirir conocimientos nuevos.
Mark Zuckerberg, en 2015, invitó a todo el mundo a unírsele en el intento de leer un libro cada dos semanas.
Aunque la lectura es algo valioso, la mayoría de la gente lo ve como un trabajo. ¿Por qué leer en lugar de ver un lindo show por televisión? ¿O una reunión con amigos? No se trata de sacrificar hábitos que nos dan placer. Se trata, eso sí, de encontrarle ratos a una actividad que otorga placeres insospechados a simple vista.