El objetivo de la autora de la investigación, la doctora Carmina Serrano Hernández, era comprender la violencia de género, conocer sus causas y sus efectos.
La investigadora parte de la idea de que la mente de las personas no es una realidad estática ya que los contextos en los que se viva, el género, el poder y las relaciones condicionarán su desarrollo o deterioro. A su juicio, los roles y estereotipos de género y el ideal del amor romántico son algunas de las causas de la violencia de género y además generan restricciones en el desarrollo del yo y en la posibilidad de mantener una relación de pareja saludable e igualitaria.
Según los resultados de la tesis, la persistencia de las mujeres en relaciones abusivas y sus conductas contradictorias se debe al deterioro que el vínculo traumático va generando en su mente.
Las conclusiones más relevantes obtenidas en esta investigación son, entre otras, que las mujeres maltratadas presentan alteraciones en el funcionamiento fisiológico, senso-motor, emocional y cognitivo y un deterioro de la regulación emocional, autoafirmación, asertividad, valoración y mentalización. Las personas que sufren maltrato presentan mayores niveles de apego preocupado, baja autoestima, necesidad de aprobación y temor al rechazo.
Igualmente, los datos aportados por la investigación cuestionan algunos de los supuestos de las teorías vigentes sobre el funcionamiento de las mujeres atrapadas en relaciones abusivas. Según la doctora Serrano: ni el supuesto masoquismo femenino, ni el narcisismo, ni el maltrato en la familia de origen se han revelado como factores suficientemente determinantes en su funcionamiento psíquico.
De hecho, concluye: lo que tiene más peso en el funcionamiento mental de las mujeres es la relación que ella mantienen consigo, que está casi al mismo rango que la relación con su pareja.
