Las piedras más importantes de la corona real británica fueron escondidas en una lata de galletitas en el Castillo de Windsor para ponerlas a salvo durante la Segunda Guerra Mundial. Los detalles se conocieron en un documental realizado por la BBC.
La lata estuvo enterrada debajo de una tapa secreta por órdenes del Rey Jorge VI para impedir que las joyas cayeran en manos alemanas. El misterio, ignorado incluso por la reina, fue descubierto en cartas del librero real, Sir Owen Morshead, a la Reina María, la madre de George VI.
A la reina Isabel II se lo comunicó el presentador de la BBC, Alistair Bruce. En sus cartas, Sir Owen explica cómo se cavó el pozo, cómo se lo protegió con dos tapas de acero y se cubrió el lugar para esconderlo de una posible invasión enemiga o de una posible bomba.