La moda de borrar tatuajes con láser
Si los tatuajes son la marca de un momento en la piel, es lógico que existan quienes se arrepienten de las decisiones de juventud. A la popularidad de los tatuajes les sigue, inevitablemente, la popularidad de tratamientos parar borrarlos con láser.
<p>¿Qué lleva a una persona a querer marcarse la piel para siempre con un dibujo, unas palabras, un símbolo? Los tatuajes, lejos de ser un elemento tabú relacionado con marineros promiscuos en puertos lejanos, representan hoy declaraciones de amor, de triunfo o de derrota y, muchas veces, excesos de juventud. Con la popularidad que ganaron los tatuajes en las últimas décadas, no sorprende que jóvenes de los 90 quieran hoy borrar aquello que creían iba a importarles para siempre. <br />
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Según el Pew Research Center casi 40% de los estadounidenses de entre 26 a 40 años tienen al menos un tatuaje. Es que ellos hoy son tan comunes en la población que existen centros de tatuaje en los centros comerciales. Lejos de ser marginales, hoy las personas que se tatúan son de todas las edades y clases sociales: desde mamás del suburbio hasta jóvenes cancheros, pasando por estrellas de la televisión y el cine. <br />
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Pero con este incremento en la popularidad del tatuaje aparecieron, tiempo después, los arrepentimientos. La moda de borrar tatuajes con láser sólo se puede entender como consecuencia de esa primera oleada. Existen hoy en Estados Unidos y en muchos otros países del mundo centros de estética que incluyen entre sus servicios tratamientos de borrado con láser. <br />
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Originalmente asociados con la audacia y la rebeldía – justamente por su permanencia—hoy cualquier persona puede cometer un error de juventud y aprovechar los avances tecnológicos aplicados a la medicina. Es, en definitiva, una oportunidad para empezar de nuevo, sin tener tatuado el nombre de un ex en el pecho. Hoy los tatuajes no son para siempre sino, en palabras de un arrepentido de la aguja, “una obra de arte que se puede borrar. Mi cuerpo es como la tela de un artista”. <br />
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Pero para otras personas, los tatuajes son un recordatorio de un pasado marginal. Existen personas con tatuajes en la cara que pueden tardar hasta 25 sesiones de doloroso tratamiento para borrar la vergüenza definitivamente. Resistencia física y fuerza emocional son el primer paso de un proceso largo que llevará a muchos a reconocerse nuevamente en el espejo y a sentirse a gusto con su piel.</p>
