Utilizan ropa vintage o usada, así como tela virgen, para crear elegantes blusas, pantalones, vestidos, faldas, prendas de abrigo y accesorios con estilos realmente únicos, explica el informe de la consultora Trendsity que dirige Mariela Mociulsky.
Están surgiendo varios modelos de consumo que están asumiendo activamente el compromiso de reciclar las prendas en pos de reducir el impacto de la industria textil y promover un consumo responsable. Ya hemos dicho aquí que la industria textil es la segunda más contaminante del mundo. Al año se fabrican más de 150.000 millones de prendas, es decir, 62 millones de toneladas de ropa y complementos. El 30% nunca llega a venderse y el 90% de ese total, se incinera. Solo el 2% se recicla para producir nuevos materiales y tejidos. Además, esta industria es la responsable del 20% de todos los tóxicos que se vierten en las aguas.
Más allá de la tradicional feria americana y con nuevos modelos de negocios, está naciendo una nueva ola de tiendas, que incluso con showrooms “cool” en zonas estratégicas ofrecen nuevas opciones para los consumidores interesados en promover estos valores. Dos casos interesantes son Galpón de Ropa y Urban Luxury.
En ambos casos, la opción es poder vender ropa usada en excelente estado, de estilos actuales y con énfasis en que sean marcas reconocidas nacional como internacionalmente. La posibilidad es llevarse más porcentaje del precio que se establezca para la prenda según si se prefiere el efectivo o créditos para volver a comprar prendas in situ. También está la opción de donar directamente las prendas. Vale destacar que ya estaba consolidado el modelo que propone Renová Tu Vestidor que actúa como un marketplace entre compradoras y vendedoras de prendas usadas.
Las generaciones más jóvenes están en plena sintonía con estas tendencias. Según una investigación de Trendsity se trata de la primera generación con verdadera conciencia ambiental (el 53% considera que su generación es la primera en tener un verdadero compromiso con el medio ambiente y lo asocian con acción, educación y cambio) y un 80% se siente motivado y entusiasmado a generar un cambio de hábitos. En el caso de la indumentaria, entienden que la necesidad de vestirse o renovar el guardarropas no tiene por qué implicar una industria de la moda donde las temporadas y el desperdicio son la constante.