Pero son esos mismos turistas los que muchas veces son interceptados por la policía rutera quien los detiene creyendo que manejan alcoholizados por la manera errática en que conducen el auto. El mes pasado hubo dos incidentes de este tipo. Una vez realizado el chequeo de contenido alcohólico en el cuerpo, los uniformados comprobaron que estaban en perfecto estado de sobriedad. Lo que ocurría, explicaro los interceptados, es que no podían quitar la vista del magnífico espectáculo que se presentaba ante sus ojos desde el cielo.
“Por favor”, les dijo la policía en ambos casos, “Si quieren admirar la Aurora Borealis, detengan su automóvil a un costado de la ruta y obsérvenla todo el tiempo que quieran, pero no lo hagan mientras manejan. Es un peligro para todos”.