Bodega Doña Paula, situada en Luján de Cuyo, Mendoza, presenta una propuesta turística para la temporada de invierno que combina vino, gastronomía y naturaleza en un entorno con características particulares. La bodega se encuentra a menos de una hora de la ciudad de Mendoza y ofrece a sus visitantes un recorrido entre sus viñedos y sauces centenarios, con actividades diseñadas para brindar una experiencia personalizada.
Entre las principales atracciones se destaca el Terroir Camp, una actividad educativa e inmersiva que permite conocer en profundidad el “efecto terroir”. Este concepto refiere a la influencia que ejercen factores como el suelo, la altitud y los microclimas en la identidad y características de los vinos. Durante el recorrido, los guías explican las prácticas de sustentabilidad que la bodega implementa en sus procesos productivos.
El recorrido finaliza con una degustación guiada de cinco vinos seleccionados, complementada con una experiencia de realidad virtual que introduce al visitante en el universo vitivinícola de la bodega. La duración aproximada de la visita es de una hora y cuarenta y cinco minutos.
Con esta apertura al turismo, la bodega busca ofrecer una propuesta para quienes desean relajarse y reconectar con la naturaleza durante las vacaciones de invierno, al tiempo que reafirma su compromiso con la innovación y la calidad.
Producción y sustentabilidad
Fundada en 1997, Bodega Doña Paula elabora vinos de alta gama utilizando uvas provenientes exclusivamente de sus propios viñedos. Estos abarcan un total de 700 hectáreas distribuidas en tres fincas localizadas en zonas vitivinícolas destacadas del país.
Además, la compañía cuenta con el certificado de Viña Sustentable, otorgado tras la implementación del Protocolo de Sustentabilidad Vitivinícola de Bodegas de Argentina. Este protocolo garantiza que los procesos de producción y elaboración del vino se realizan bajo criterios responsables y sostenibles.
Este sello certifica prácticas que incluyen el manejo eficiente de recursos naturales, el cuidado del ambiente y la contribución al desarrollo social de las comunidades vinculadas a la actividad vitivinícola.
Experiencia integrada y compromiso
La combinación de turismo, educación y tecnología que ofrece el Terroir Camp busca acercar al visitante a la complejidad del terroir mendocino y a las acciones que la bodega lleva adelante para preservar su entorno.
“Esta experiencia propone un acercamiento profundo al mundo del vino, a través de la exploración de suelos y microclimas, acompañada de una degustación y una experiencia audiovisual innovadora”, dijo un vocero de la bodega.
El recorrido permite conocer los factores que definen la calidad y características organolépticas de los vinos, apoyados en explicaciones sobre la relación entre el medio ambiente y la producción vitivinícola.
De acuerdo con la empresa, la iniciativa se enmarca en una estrategia de diversificación y promoción del enoturismo, que contribuye a fortalecer la imagen de Mendoza como destino turístico especializado en vino y naturaleza.
La propuesta está dirigida a turistas nacionales e internacionales que buscan experiencias integrales que combinen aprendizaje, relax y contacto con el paisaje.












