Invertir en gastronomía es una elección en crecimiento

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En un momento en el que la economía atraviesa una situación de incertidumbre, el rubro gastronómico se presenta como una oportunidad atractiva tanto para inversores, como para emprendedores. El rubro gastronómico está hoy en auge y con un crecimiento considerable en los últimos años.

La posibilidad de pactar un alquiler en pesos, indexado a alguna variable de común acuerdo entre locador y locatario, la aparición de nuevos polos gastronómicos y la mayor presencia de productores locales e industria nacional son algunas de las ventajas que hacen de este sector un escenario favorable de cara al resto del año.
Además, el auge de consumo en salidas gastronómicas ha llevado a que gran parte de la población destine un porcentaje considerable de sus ingresos a vivir experiencias culinarias con mayor frecuencia.
Según la experiencia con clientes de FARO (empresa de asesoramiento gastronómico), la rentabilidad de un local gastronómico vacila entre el 15% y 20% mensual y esto puede aumentar si en el proyecto se tienen en cuenta todas las variables para lograr el crecimiento.
“El momento es ideal para invertir en el rubro gastronómico, ya que se están presentando oportunidades únicas que no se habían dado en años anteriores, sumado a que hoy mucha gente elige salir a comer y durante esa experiencia aprovecha para darse el gusto en cuanto a platos y bebidas o vino que más le guste”.
“Por otro lado, en el día a día, veo muchos proyectos conformados por un equipo de socios que se une para emprender en la gastronomía. Eso da la posibilidad de que la inversión para cada uno no signifique tanto dinero y a su vez genera muchas posibilidades de armarse y crecer de forma más rápida”, explica Federico Olarieta, director de FARO.

Según Olarieta, el valor acorde para poner en marcha un negocio gastronómico ronda actualmente los US$ 750 por metro cuadrado del local a desarrollar en cuestión. “En los barrios de mayor poder adquisitivo de Capital Federal, los alquileres de los locales rondan los $3.500 el mt2, mientras que en barrios quizás menos concurridos pero con auge en polos gastronómicos, se pueden encontrar buenas propiedades por valores cercanos a los $2.000 mt2”, explicó.
Sin embargo, es importante seguir una serie de etapas escalonadas para conseguir la estabilidad del emprendimiento. “No se deben quemar etapas, es fundamental que el empresario gastronómico se tome el tiempo necesario de atravesar distintas fases, desde el desarrollo inicial de la marca con un logo y una paleta de colores, un concepto de identidad del proyecto, la oferta gastronómica, la ambientación, entre otras”, aclara Olarieta.

El branding y marketing, el diseño del espacio, el armado del menú y la capacitación del equipo son algunos de los puntos clave para el éxito del negocio. “Es primordial establecer y desarrollar la identidad de la marca desde el día cero, para poder transmitir los valores del negocio con claridad y saber cómo llegar al público objetivo. También es importante construir un lugar cómodo, en el que los clientes disfruten pasar su tiempo, y pensar estratégicamente el menú para que aporte a la calidad y deje una marca imborrable, un valor agregado que los distinguirá del resto de las propuestas”, agregó Olarieta.

En definitiva, invertir en el rubro gastronómico es una buena oportunidad para aquellos que buscan rentabilidad y cashflow constante. “Con una buena estrategia, un equipo capacitado y una identidad de marca sólida, las posibilidades de éxito aumentan rotundamente”, concluye Olarieta.

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