Infancia feliz, matrimonio feliz

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Tener un hogar sólido y con mucho apoyo emocional durante la infancia y
adolescencia ayuda a crear las bases fuertes para un matrimonio exitoso,
según un estudio de la universidad de Texas.

Tener un buen hogar, fuerte y lleno de apoyo emocional, podría ser más importante de lo que parece. Aparentemente existe una relación entre tener un hogar estable y un matrimonio exitoso, según sugieren científicos de la universidad de Texas. Las personas que son educadas en un contexto de comprensión y de racionalización de los problemas llevan esas mismas cualidades comunicativas a sus matrimonios, por lo que tienden a ser, también, más felices.

“El clima familiar importa –dijo Robert Ackerman, uno de los autores del estudio- Tener una  familia comprensiva actúa positivamente en la interacción que luego tendrán los hijos con sus esposas”.

Algunos estudios anteriores sugerían que las personas en matrimonios felices son más generosas que aquellas que no y que los adolescentes que fueron testigos de divorcios o agresiones tienden a tener matrimonios menos felices.

Pero no existían, hasta ahora, muchos estudios que prueben la relación entre climas felices en la infancia y matrimonios felices en la adultez. Para averiguarlo Ackerman y sus colegas le echaron un vistazo a los datos recolectados entre 1989 y 1991 de 288 alumnos de séptimo grado (si venían o no de hogares conflictivos; cómo manejaban sus problemas) y luego los visitaron devuelta, 20 años después, para saber cómo interactuaban con sus esposas; si existían o no signos de la misma comunicación que había entre sus padres.

Se descubrió que los chicos que venían de hogares más tranquilos, donde la comunicación racional imperaba sobre la emoción violenta, tendían a tener matrimonios más satisfactorios. Tal vez sea esa, y no otra, la receta a un matrimonio feliz.

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